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sábado, 15 de agosto de 2015

LA ASUNCIÓN Y SUS IMPLICACIONES HISTÓRICAS EN CUANTO A LA ANTIGÜEDAD DE ALGUNOS ENCLAVES MARIANOS (Estudio para la restauración de la Virgen de Castil Viejo en Medina de Rioseco año 2008. Siro Sanz).




No es la de Castilviejo (Medina de Rioseco) la única Virgen aparecida entre las ruinas de antiguo castillo, es una más, continuadora de esa querencia Mariana por habitar entre  viejos paredones hasta que el humilde pastor, o hidalgo de limpia sangre viene a descubrir removiendo con la reja del arado las vetustas piedras. En las montañas del Reino de León, alguna de estas Vírgenes habitan y son veneradas en altos y Coronas que aún mantienen, un no se que de atavismo guerrero.
 Nuestra Señora de la Corona (Valdeón), La Virgen de Castrotierra (Maragatería), La Virgen de la Velilla (Valle del Tuejar, alto Cea) de la que se dice que el Hidalgo Juan de Prado encontró removiendo las ruinas de castillo, la Virgen de Yecla en el Cea, elevada sobre venerables ruinas castreñas, La Virgen de la Seita en Rodicol (Laciana) sobre un campo elevado que seguramente fue una fortaleza circundada de foso, que eso significa seita en leonés, donde los cristianos edificaron la ermita a la Virgen, para que se olvidase el culto pagano, Nuestra Señora del Castro en Castrocalbón, Nuestra Señora del Castillo Viejo en Valencia de Don Juan y así seguiríamos con una larga relación que reafirma presencias anteriores al cristianismo en estos eminentes lugares.
Corona, Castro, Castillo, Castil, Castiello aplicados a lugares donde se levantan algunos centros marianos son sinónimos de lugares defendidos y que en ocasiones denominan ámbitos sagrados, donde las huellas paganas permanecen solapadas en el culto cristiano. Las generaciones pasan pero el soplo ancestral permanece en los mitos de multitud de invenciones, apariciones y en los rituales deambulatorios alrededor de las ermitas. Un trabajo de campo que se precie, debe atender no solo a la inspección del terreno sino que incluye también la atención a las tradiciones orales que en estos especiales lugares son generalmente olvidadas por algunos historiadores. La tradición local debe ser tenida en cuenta como explicación de las creencias y mitos desde dentro de la comunidad. Muchos de los centros de piedad Mariana son un prolijo resumen histórico, que viene expresado en la superposición de estratos culturales determinado por el paso de las religiones prerromanas a la romana y posterior cristianización; siempre sagrado sobre sagrado. La Virgen, en la iconografía de la Asunción es arrebatada en cuerpo y alma a la gloria celestial, levantada por un grupo de ángeles que la impulsan a lo alto y de paso la coronan como reina de los cielos. Muestra en su juvenil rostro un semblante arrobado y joven que no se corresponde con la edad de la muerte de María,  queriendo relacionar este dogma con el de la Inmaculada y la iconografía al uso en España que la representaba como una Virgen adolescente.   
Aunque el dogma de la Asunción fue definido en 1950 por Pío XII, la devoción a esta advocación mariana es muy antigua en España y resto del orbe Católico. La fiesta de la Asunción se celebraba en Jerusalén en el siglo VI y en Roma en el VII. En España tenemos noticias de la celebración de esta fiesta el 15 de Agosto durante el reinado del rey Wanba (JESÚS SIMON PARDO. La devoción a la Virgen en España, Ed Palabra 2003).
 Sin temor a equivocarnos y consultando solamente el “Diccionario de Madoz”, la inmensa mayoría de las festividades Marianas en nuestra patria son las dedicadas a La Asunción. Las de la Natividad de la Virgen y la Inmaculada, aunque abundantes, ni por asomo llegan a la que nos ocupa, La Virgen del 15 de Agosto. Etimológicamente Asunción viene de adsumtionem (ad sumere) que en la lengua latina adquiere diferentes matices: el de arrebatar, llevar, privar, renovar, adoptar. Algunos de ellos muestran algo positivo en el cambio, otros introducen un matiz de negatividad. Opinamos que esa variedad de matices tienen mucho que ver con los espacios sagrados que ahora estudiamos.
 En una ermita como la de Castil Viejo patrona de Medina de Rioseco, de origen tan antiguo y legendario, sobre poblado romano como afirma la publicación de R. Chico, nos parece que la advocación de La Asunción interviene poderosamente, para entender la ocasión que, opinamos, propició el paso de lo prerromano a lo romano y por último al Cristianismo. Los nombres aplicados al agua en los aledaños de esa ermita castellana  nos confirman en lo vetusto del emplazamiento por su radical indoeuropeo. El arroyo que la ciñe por el Oeste y que es captado a un kilómetro más o menos recibe el nombre de arroyo Pedregales y, es conocido también como arroyo Grande (radical Car, que pasa después a gar presente en Carande, León, Granda apellido, Río Grande, Río Sequillo que pasa por Medina y después al Este de la ermita (Esla) y otros muchos). Existe otro arroyo  hacia el Norte, en un pago denominado El Palero, (palero compuesto del radical pal). El mismo Río Sequillo tiene nombre indoeuropeo de agua (Seiku “vaciar, escurrir”), de donde apelativos de agua, nombres de río como Sequana (Sena) e incluso en latín siccus, seco. Existe río Seco, afluente del Deva en Camaleño. En A. 921 consta como riuo Sicco (VIGNAU, Sahagún). Abunda más el compuesto latino y prerromano. Dos afluentes del Nansa se llaman Rioseco: en Puentenansa y en Celis. Río Resecu y río Reseco (LUEJE, Cornión). Rioseco, subafluente del Nalón, en cuya margen, existe también el pueblo de Rioseco. En Besande (Riaño existe La Fonseca, fuente (EUTIMIO MARTINO. Nombres de Agua. Nombres de Lugar. Editorial Sorles 1996).
Posiblemente estamos ante la cristianización de un lugar pagano, como ya adelantábamos al principio de este estudio, la ermita se sitúa en la confluencia de dos arroyos, quizás captados y traídos artificialmente. Se habla en la documentación de lo extremo húmedo del sitio, problema que durante el siglo XIX será la causa de numerosas obras en la ermita.
 En otros lugares la Virgen María cristianiza claramente, espacios dedicados anteriormente a un culto de las aguas. La conquista romana en el país de los Vaceos y no digamos en el de Cántabros y Astures, fue traumática, los castigos y exterminio de los castros que ofrecieron resistencia dejaron en la memoria colectiva un poso de respeto y miedo que seguramente paso de generación en generación (arrebato violento).
Hoy en León y Castilla el imaginario popular, aún adscribe a los moros o al diablo muchos lugares: (Campo del moro); castillos (castillo de los Moros); cuevas (cueva de los moros); Calzadas (Pajar del Diablo en la vía Saliámica); (Corral de los Diablos); puentes y acueductos (Puente del Diablo). Estos “moros” y “diablo” en muchos lugares por el acompañamiento de restos romanos nos inclinan a pensar en un solapamiento de lo romano con la más reciente invasión musulmana en algunos de los ámbitos denominados así. En la Asunción de la Virgen es difícil explicar lo esencial del hecho; no murió, fue arrebatada, es salvada para no desaparecer en la muerte como el resto de los mortales. El sujeto asunto es salvado, se le concede la oportunidad de no ser exterminado por la muerte, en el caso de la Virgen además, es un privilegio por ser la madre del Hijo de Dios. Se dice que Jaime el Conquistador fundo más de 1000 Iglesias sobre Mezquitas musulmanas en su progresión hacia el sur, y las dedico todas a La Asunción. Lo conquistado, es arrebatado violentamente pero de alguna forma pervive, sustituido, formando parte de ese humus, de ese sustrato cultural que en España se superpone generación tras generación en estos lugares privilegiados. Sería muy ilustrativo comprobar en tantos y tantos santuarios leoneses y del resto de la península, si se repite semejante conjunción local de indicios de la conquista romana, otros hechos guerreros y la advocación de Santa María de la Asunción, a la manera de los que vemos en Castilviejo.

La Asunción. Retablo de Castil Viejo  (Foto: Siro Sanz)


Puteus acuarum viventium

martes, 11 de agosto de 2015

CONFERENCIA: Los Caminos de la Montaña de Riaño. Museo del Ferroviario de Cistierna día 13 de agosto a las 20:00 horas. Siro Sanz

Introducción a la historia de los caminos de la Montaña de Riaño. Se hará especial mención a la documentación, tradición y trabajo de campo que avalan la antigüedad de  estos caminos. Todos ellos situados en un área arqueológica privilegiada del Reino de León, como uno de los principales valores patrimoniales de nuestra montaña. Caminos muy amenazados por la proliferación de pistas terreras, incluso en los espacios protegidos, también por la incuria y abandono desde que comenzó la despoblación en la montaña y sobre todo por el desconocimiento de aquellos que tienen la potestad sobre el patrimonio histórico que no hacen nada para protegerlos.
                                                                            
   
 Camino de Fuentes de Peñacorada, comunicaba el Valle del Esla con el Valle del Cea. Existente ya en el año 1000. (Foto: E. Martino)

Camino de Aleje al Pando, entroncaba en el Valle con la Carraria Antiqua o calzada del Esla año 930. (Foto: E. Martino)