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jueves, 3 de abril de 2025

ORIGENES DE LA MONTAÑA: DEL CONCILIUM AL CONCEJO. E. MARTINO-S. SANZ. Instituto Biblico y Oriental. Conferencia 29 de Marzo 2025


 Iglesia de S. Pelayo (Robledo de la Guzpeña)


Opinamos con fundamento que es la propiedad comunal, la causa por la cual se originan y organizan las estructuras del gobierno concejil. "Este tipo de propiedad, trae sus orígenes de tiempos anteriores a Roma, cuando los clanes cántabros delimitaban sus territorios de pastoreo tomando como referencia los cordales montañosos y las aguas vertientes. Las tierras comunales fueron defendidas sistemáticamente de los clanes vecinos y de los invasores romanos" (Los Señoríos en la Montaña Oriental. S Sanz, R, Gutiérrez, 2008). Dice Floro que: “Augusto recelando del abrigo de los montes, les ordenó (a los cántabros) que habitasen establemente en la llanura (fondo de valle) y que allí residiese el consejo del pueblo -ibi gentes ese consilium illud observari caput- y se guardase por capital" (FLORO 59. BELLUM CANTABRICUM ET ASTURICUM). Esta cita de Floro, casi sugiere el concejo mayor. Así no se ha explicado suficientemente el por qué Burón ha sido cabeza de concejo; de merindad y arciprestazgo, lo civil y eclesiástico en unión. También en el texto se explica la primera norma de urbanización de la Montaña Oriental Leonesa, el romano les ordenó bajar de sus altos castros amurallados, donde habitaban, a poblar el fondo de los valles. El nuevo poder político romano tuvo que echar mano para mantener la paz de los notables locales, lo prueba la lápida de un príncipe de los cántabros en Robledo de la Guzpeña; de un procurator o princeps en Pedrosa del rey; un vicani o aldeano perteneciente a un vicus o aldea vadiniense. Pelayo princeps asturorum et cantabrorum, vencedor de los emires Munuza y Alkama en Covadonga, según nuestras tradiciones es jurado como princeps (hombre principal entre los suyos) en concilium mayor en la ermita de Corona en Valdeón.Vemos también en las lápidas vadinienses la relación de alguno de esos clanes con las poblaciones actuales. Aliesigini (Aleje); Arcaedun (Arcedon-Corao); Pentiocum (Pendes); Ulibagios de donde puede venir el nombre del concejo de los Orbayos. Este tipo de propiedad se conservo durante el periodo Suevo y Visigodo; también durante la dominación musulmana, esto lo afirmamos por la evidencia de tantos topónimos aplicados al agua de origen indoeuropeo que prueban la existencia de población autóctona durante las invasiones germanas y los árabes. El paso de este tipo de propiedad de origen tan antiguo a la Alta Edad Media se vio favorecido por la falta de autoridad real, que se limitaba a sancionar las repoblaciones de hombres libres. Será en lo siglos XIV y XV, con la irrupción de los señoríos jurisdiccionales cuando comienza la lucha entre éstos y las antiguas formas de regirse de los campesinos y pastores montañeses, que se defenderán con largos pleitos de los señores, para defender este tipo de propiedad comunal ancestral. Lucha que dura hasta hoy día después de numerosas desamortizaciones por parte del poder civil. La última de estas batallas es la emprendida por las juntas vecinales de Boñar suprimidas en los años sesenta del siglo pasado. Poco a poco las juntas vecinales, herederas del concejo leonés, deben darse cuenta del ingente capital forestal que controlan, y fundamentar en esa riqueza gran parte del poder perdido por las intromisiones de las administraciones públicas que conculcan año tras año el ancestral derecho consuetudinario.

miércoles, 5 de marzo de 2025

INSTITUTO BÍBLICO CISTIERNA 1 DE MARZO 2025. RESUMEN CONFERENCIA : PAISAJE Y SOCIEDAD EN LA MONTAÑA ORIENTAL LEONESA DURANTE LA ALTA EDAD MEDIA

El paisaje de la Montaña de Riaño es hermoso, excepcional, magnífico, extraordinario, pero, menos natural de lo que algunos opinan. (Macizo central de Picos de Europa. Foto: Siro Sanz)

 

Muchos escriben y opinan, cuando hablan de los parques y reservas de la biosfera, que el paisaje de nuestras montañas es natural. Así lo venden en las paletas y zafias promociones turísticas, locales o provinciales. Reservas y parques, han convertido nuestros pueblos en auténticas reservas humanas, parecidas a las de los kiowas o comanches. Desde las casas del parque, clones que se distribuyen por toda la cordillera, se difunde que todo es natural, ese es el monotema de la nueva religión ecologista. Un ecologismo ciertamente criminal, que descarga sobre nosotros una cantidad enorme de normas ventiladas en Europa por diputados que ni siquiera conocemos. No tenemos derecho ni a pasear, a no ser por donde ellos ordenan; ni a talar un árbol sin permiso, aunque sea en  fincas propias; o quemar restos vegetales de sebes y cercados verdes sin el plácet de esas administraciones; nuevos señores feudales, que han caído  como la langosta sobre nuestras vidas y haciendas. Necesitamos permisos para tener cuatro gallinas o unos pocos conejos, ahora amenazan con prohibir para 2027 las cocinas, chimeneas y estufas de leña.  Aducen para aplicar tanta norma sobrevenida, que nuestros pueblos y sus concejos no tienen capacidad para conservar y proteger. Olvidan  que nuestro pasado concejil, con sabias normas de conservación, trasmitió  hasta nosotros  un gran legado, expresado en: montes, ríos, fuentes y fauna. Se ha gastado mucho dinero de  fondos de los Gal, en publicaciones sobre flores, pajaritos, arbolitos y el carnicero lobo, pero nada o muy poco, sobre los hombres que poblaron estas montañas y la huella humana que en ellas se mantiene a duras penas. El paisaje de la Montaña de Riaño es hermoso, excepcional, magnífico, extraordinario, pero, menos natural de lo que algunos opinan. Es un paisaje fruto de siglos de trasformación, producida por la huella antrópica, que ha dejado el trabajo agrícola y ganadero de generaciones. Ese paisaje legado por nuestros antepasados, se desvanece en nuestro tiempo, y se restituye  a las selvas, lo que el hombre arrebató a partir de la presura de Purello en 854 y Sisnando de Liébana en 874. Mediante el estudio de las fuentes documentales del monasterio de Sahagún y Santa María de Otero,  podemos llegar a conocer cómo eran nuestros antepasados y el paisaje en el que se desenvolvieron sus vidas  hace 1200 años. Esos documentos atravesaron tiempos de guerras, pestes, incendios y el expolio desamortizador del siglo XIX, más letal que las campañas de Almanzor. Ojalá las Juntas Vecinales,  auténticas propietarias legales de estas montañas, se armen de razones al conocer tan rica documentación, y con valor, se defiendan de los abusos e intromisiones estatales contra la propiedad comunal y privada de nuestros pueblos y sus habitantes.


sábado, 15 de febrero de 2025

FEVE: LA IGNOMINIA ES UN TREN

 

Tren de Feve atravesando el Esla en Cistierna


Es una ignominia que, desde 2011, a los usuarios de toda la ribera del Torío y la Montaña nos dejen a las afueras de León en el apeadero de la Asunción

Sábado, 15 de febrero 2025, 09:23

Es una ignominia que, desde 2011, a los usuarios de toda la ribera del Torío y la Montaña nos dejen a las afueras de León en el apeadero de la Asunción, y para regresar a nuestros pueblos tengamos que esperar un autobús en Suero de Quiñones, una parada abierta a todos los vientos, fríos, calores, lluvias y soles.

Es una ignominia el dineral gastado, 23 millones según algunos, en una integración con cierre provisional del trayecto de la Asunción al centro, cierre ahora eterno.

Es una ignominia que un político leonés quiera convertir las obras de integración en un corredor verde.

Es una ignominia no saber a quiénes han beneficiado los millones gastados en la integración.

Son una ignominia todas las promesas incumplidas de los políticos locales y nacionales. Nos ofende su cansina salmodia sobre la España vaciada y despoblación de las comarcas. Que su lengua sea puesta en los raíles y cortada por el primer tren que salga hacia Matallana.

Es una ignominia, la cantidad de transbordos que hemos sufrido durante todos estos años, esperando un taxi o autobús. Todo ello, debido a las recurrentes averías de los trenes y falta de conductores.

Son una ignominia, los parones del tren en medio de la nada, sin que nadie te informe de lo que ocurre.

Es una ignominia que hagan pasar por nuevos, los mismos trenes pintados de otro color.

Es una ignominia la ausencia de revisores, solo aparecen en el trayecto de la ribera del Torio. Son muy amables, al menos, nos hacen sentir una sensación de normalidad perdida hace mucho tiempo.

Es una ignominia la tributación confiscatoria a la que nos somete el gobierno a las personas que vivimos en los pueblos, cuando sufrimos en nuestras carnes las deficiencias de este transporte público, muy necesario para las personas mayores que necesitan acceder a los cada vez peores servicios sanitarios de la capital.

Es una ignominia que la empresa diga que ha modernizado el servicio.

Es una ignominia el frío que nos hacen padecer en invierno y el horno en que se convierten los vagones, cerrados herméticamente en verano. Feve, nos maltrata inmisericordemente y pretende que nos sintamos como el mártir y desgraciado pueblo hebreo camino del campo de exterminio.

Son una ignominia, los apagones de luz en los vagones.

Es una ignominia, no saber si llegarás a tiempo a la cita con el médico o al trabajo.

Es una ignominia, el gratis casi total de los billetes. Preferimos pagar y que nos den un buen servicio.

Es una ignominia, la humedad, que a veces, rezuma de la parte superior del vagón, llenando de charcos el suelo y mojando los asientos situados junto a las ventanas.

Es una ignominia, la megafonía que dice: «siguiente parada Boñar» y acabas de salir de Matallana».

Es una ignominia, la desaparición de parte, o todo el personal, que antes informaba y trabajaba en las estaciones de Guardo; Cistierna; Boñar; la Vecilla; Matallana y León.

Son una ignominia, las deficitarias máquinas expendedoras de billetes y las barreras averiadas en las salas de espera, los jóvenes las saltan, las personas mayores se aguantan.

Es una ignominia, que supriman trenes, sin informar de nada y luego decir que no hay incidencias.

En fin…, la ignominia, es un dolor decirlo, es Feve, que ominosamente afrenta, maltrata y desprecia a diario a todos los usuarios de la montaña de León. Si nuestros políticos se viesen obligados a viajar en este tren, al menos 2 días a la semana, el problema ya estaría resuelto. Vaya nuestro agradecimiento a las personas, sobre todo a las señoras de Matallana, que han organizado un grupo de whatsap para informar a diario de las incidencias, estropicios y desgracias que nos esperan al utilizar este ¿servicio?