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miércoles, 30 de diciembre de 2015

RESUMEN DE LA CONFERENCIA INSTITUTO BÍBLICO Y ORIENTAL CISTIERNA. TIERRA DE RIAÑO. EL TESORO EN LAS MONTAÑAS: ¿TAMBIÉN ROMANO? Eutimio Martino- Siro Sanz- 11-12-2015.




Al recorrer la montaña oriental de León tras las huellas de la conquista romana de los cántabros, la que encontramos que se había desarrollado en aquel escenario montañoso no solo de acuerdo con los autores latinos sino por los correspondientes hallazgos de nuestra parte, de carácter arqueológico, tal como las calzadas, no esperábamos que la tradición oral pudiera contribuir al tema con múltiples aportaciones. Un tema legendario nos salía a menudo en alta montaña: el del tesoro escondido. Se expresa en letrillas de semejante tenor: 
En lo más alto de Arbillos
Donde raya el sol primero 
hay un tesoro escondido
que mira para hacia Otero
Recogido en Besande (Tierra de Riaño). Pero  no es tema exclusivo de las mayores alturas. También radica en los valles. Así, en el inmediato Carande se proclama:
Entre Cotoloro y Cantoro
hay un pellejo de toro
lleno de onzas de oro
La leyenda en ocasiones cruza fugazmente nuestra senda de la conquista. Por ejemplo , se localiza en La Canalina, un peñasco entre Prioro y Morgovejo, sobre el Cea, en donde radica un castro prehistórico que fue ciertamente sometido por Roma.
En la Canalina un pellejo de toro,
De toro pinto
Guarda un tesoro
Parecida leyenda nos sale al paso en las alturas de Pico Moro (Aleje)
Entre el tejo y el Borbolejo
hay un pellejo de toro
lleno de monedas de oro
De las tres últimas localizaciones de la leyenda la de Peña Castiello en Carande, la Canalina  en Prioro y Pico Moro en Aleje se puede afirmar que poseen un factor tangencial romano histórico de la conquista. Cotoloro y Cantoro marcan un tramo de una variante de la vía romana del Esla, la Vía Saliámica ya establecida por nosotros como romana y aun originaria de la conquista. La Canalina presenta su conexión inmediata con el puente romano de Villaescusa (Morgobejo) dirigido estrictamente contra el castro, aparte del fabuloso paso de la vía romana por Las Conjas, solo atribuible a la conquista romana. Pico Moro y su aledaño Valle de Nuestra Señora además del gran Castillón sobre el Duerna presenta hasta cinco caminos que suben al castro todos ellos de traza romana. Siempre nos llamo la atención esta vecindad del tesoro y la acción romana. Hasta que un día revivió la imagen del campamento romano, el campamento estable, que cuenta con erario custodiado juntamente con las insignias y otros elementos oficiales en el llamado sacellum, en los principia (¡pobres principia de León, únicos en Europa y a merced de las instituciones de patrimonio y justicia!). Un funcionamiento semejante se ha de suponer en el campamento de marcha, en campaña, dada la uniformidad propia del romano. La guerra en nuestras montañas fue de guerrilla y los legionarios tuvieron que desplegarse por las alturas. Si las unidades operativas en el medio montañoso, p. ej., la cohorte que poseía su tesoro particular, no es extraño que el tesoro y las insignias ascendieran también a las alturas en busca de la guerrilla, teniendo que dotarse el numerario de medidas de protección. Nos consta un ejemplo de conexión estricta entre leyenda y la actuación romana. El ya citado puente de Villaescusa presenta el estribo de aguas arriba en simple mampostería, mientras que el de aguas abajo luce perfecta sillería. Según los naturales de hoy, la explicación de la discrepancia sería que el muro de arriba fue desmontado, quién sabe cuándo, por la creencia de que guardaba un tesoro en su interior.
 Carande. Entre Cotoloro y Cantoro hay un pellejo de toro lleno de Onzas de Oro, que solo descubrirá uña de oveja o moza gaceta (bruja).

 Pico Moro visto desde Cistierna, su impresionante mole atesora también la leyenda del tesoro oculto. (Foto: Siro) 

Entre el Tejo y el Borbolejo hay un pellejo de toro lleno de monedas de oro. (Pico Moro- Aleje). (Foto: Siro) 

Puente de Villaescusa (Morgovejo) que hoy presenta una muy cuestionable restauración. El muro del estribo aguas arriba fue desmontado, quién sabe cuándo, por la creencia de que guardaba un tesoro en su interior (Foto: Siro).