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miércoles, 1 de mayo de 2013

¿ES CISTIERNA UN PUEBLO RELIGIOSO?

Iglesia de Sta María de Cistierna fundada en 1122 por el presbítero D. Pedro Velaz (Foto: Siro Sanz)

 Domingo del mes de abril, Valle de Sajambre, iglesia de Vierdes, un pueblo que ha perdido el último habitante estable, fallecido en 2012; que en paz descanse. Cinco personas en el templo: el matrimonio formado por Luis, Carmina y su hijo de 10 años, todos ellos oriundos de la aldea, Rosario Prieto entusiasta de la historia leonesa y un servidor.
El jesuita P. Martino oficiaba la misa mañanera y emocionado nos recordaba que aunque éramos pocos, estaban allí en presencia espiritual todos aquellos que en la mínima y remota aldea de la cordillera cantábrica nos habían precedido en la fe católica romana.
 El cristianismo ha sido defendido y mantenido en estas montañas incluso en el terrible momento de la suprema prueba, cuando la invasión musulmana a punto estuvo de acabar con todo el pueblo cristiano. Si hoy no se levanta en León capital una mezquita catedral, es por aquella lejana resistencia de nuestros antepasados cántabros a la fuerza de los emires y califas cordobeses. Nadie insistirá en acusarme de animadversión o prevención contra la Suna y Alcorán, cuando noche y día convivo, comparto el pan y la sal con los musulmanes. La constatación histórica de la fidelidad a la fe cristiana de nuestros antepasados ahí está, plasmada en la lucha emprendida por D. Pelayo en los albores del siglo VIII, con la ayuda de aquellos montañeses cántabros que iban a concejo mayor;  los cuales, según cuenta la crónica se levantaron en armas:  "por la salvación de la Iglesia".
Hoy, la desolación y el abandono de las zonas rurales es una metáfora del abandono de la práctica católica en las iglesias de aquellos pueblos y ciudades que sí tienen población pero no frecuentan los sacramentos ni asisten a las iglesias. En Cistierna, la falta de feligresía se deja notar sobre todo en el cumplimiento del precepto dominical y en las manifestaciones públicas religiosas como son las procesiones. El matrimonio por el rito católico empieza a ser una rareza y muchos ni bautizan a sus hijos. Queda en el recuerdo, fijado en viejas fotografías, la asistencia masiva de los cisterniegos sin distinción de clase, sexo y edad a las procesiones de: Semana Santa, el Carmen, Corpus Cristhi, San Guillermo; también a otras celebraciones de la religiosidad popular: novenas, rosario, rogativas, vía crucis etc. Eran otros tiempos; quizás el nacional catolicismo tenía algo que ver en todo ello. Sin olvidar que el triunfo de las izquierdas en la guerra civil habría significado el exterminio de la Iglesia española, sus ministros y destrucción de todo el patrimonio religioso. El ejemplo de lo ocurrido con los sacerdotes, creyentes y patrimonio de la Iglesia de Cataluña, también en otras zonas bajo el dominio de socialistas, anarquistas y comunistas durante la guerra civil es suficiente prueba de lo que se tenía preparado para el resto de los católicos españoles. La fe católica se nos había trasmitido sin interrupción desde los siglos III-IV, cuando el cristianismo en origen africano y militar había entrado por la calzada del Esla o Vía Saliámica hasta las cumbres de la Cordillera Cantábrica, convertida la tribu de los Vadinienses y sus clanes del alto Esla-Cea. ¿Qué nos ha ocurrido en las últimas décadas? 
El fenómeno del abandono de las iglesias atañe a toda la cristiandad católica europea, las razones del mismo son prolijas (Modernismo, Relativismo, Pelagianismo, Cientifismo, Soberbia), fenómenos muy complejos para ser explicados en pocas líneas. La ofensiva anticatólica y antirreligiosa, una especie de rebeldía demoníaca, arranca principalmente en la Francia de Voltaire, enciclopedistas y masones, (Cientifismo e idolatría de la Razón). Desde entonces se suceden despiadados e innumerables los ataques a la religión católica, al clero, a los Papas, al pueblo cristiano y perdura hasta hoy día cuando, incluso notables teólogos ¿católicos?: Rahner; Hans Küng; Torres Keiruga; Leonardo Boff; Tamayo etc y, clérigos imbuidos por una soberbia intelectual sin límites socavan la fe católica y sus dogmas desde dentro, asistidos por la indiferencia de aquellos otros que debían combatir semejantes tesis como lo que son, auténticas herejías ya definidas y condenadas en el Sillabus de Pio IX. Desde el Concilio Vaticano II, la desafección no ha dejado de crecer y sus causas se pueden resumir en  el espíritu demoníaco del concilio plasmado en la FALTA DE FE general, incluso en los clérigos. La Iglesia desde el Concilio Vaticano II, ha entrado en una vorágine de destrucción y disolución que nuestros pastores se niegan a ver y aceptar, es más, muchos de nuestros pastores atacan sañudamente la Tradición. Con la encíclica Fratelli Tutti  y su fraternidad universal, el Papa Francisco, culmen del espíritu demoníaco del Concilio Vaticano II, se ha echado en brazos de la masonería que lleva más de doscientos años intentando destruir la Iglesia desde dentro. Si la Iglesia quiere sobrevivir y seguir siendo la Iglesia de Cristo, necesita el Sillabus del S. XXI, que elimine errores, herejías y, ponga coto a los pastores y promotores de la Teología de la Liberación comunista y masona, que como lobos carniceros atacan dentro del redil a las ovejas.
La hecatombe se percibe sobre todo en el relevo generacional de los párrocos, cuando constatamos que los seminarios solo crían telarañas. Viene ocurriendo algo verdaderamente misterioso, el continente europeo convertido  de forma masiva al cristianismo durante el primer milenio, asiste perplejo a la apostasía general. Parece que Dios ha abandonado a su Iglesia, que hemos llegado al  final, ¿pero es así?
En el presente Cistierna al igual que todas las parroquias de las diócesis españolas, lo mismo que toda  la cristiandad católica europea, parece que ha entrado en un inquietante proceso de purificación. En Cistierna como en toda la catolicidad la infiltración marxista propiciada y extendida en gran parte por la Compañía de Jesús, la contaminación modernista y luterana casi ha vaciado la iglesia parroquial desde el Concilio Vaticano II. Quizás debamos acostumbrarnos a que las iglesias no estén llenas y sean frecuentadas sólo por aquellos que están fuertes en la fe católica romana, capaces de resistir lo que está por venir; "la higuera muestra ya los primeros indicios de la primavera que llega". Pero no perdamos la esperanza. Seguimos observando signos de auténtica fe en la comunidad cristiana de la villa.
Puede que veamos pocos jóvenes en la iglesia; o ninguno, que poca falta hacen. Sin embargo los más ancianos siguen dando testimonio de fe. También confiesan su fe: los voluntarios de Cáritas y Manos Unidas; los voluntarios de la ludoteca parroquial y algunos catequistas; aquellos otros que continúan colaborando en el coro parroquial tan engrandecido hace años por la sabia batuta de D. Joaquín y D. Telmo; aunque con un repertorio setentero rancio que ya necesita ser oreado por el tufo protestante y naif  de algunas de sus letras. No estaría nada mal que en ese repertorio añadiesen algo que nunca pasa de moda: latín y órgano. Recordamos una reflexión latina que viene como anillo al dedo para tanto gorgorito dominical: "more theatrico cantant, non propter devotionem excitandam, sed propter ostentationem vel delectationem procurandam (22, q. 71, art. 2); o esta otra: "et cantant ut placeant populis magis quám Deo" (S. Bern. int. domo cap. 28). Algunos empiezan a estar hartos de ver como incluso se introduce en la casa de Dios la abominación de la Nueva Era producida por el mal uso que de la música se hace, únicamente para halagar los sentidos: "Ululate, pastores et clamate" (Jer. 25.34).  También la sede cisterniega del Instituto Bíblico y Oriental ahonda en la espiritualidad de una forma abierta e interesante y nos conecta con las raíces autóctonas y foráneas de nuestra religión venidas del Oriente Bíblico. La casa de fraternidad es asistida sin descanso por laicos, destaco entre ellos a D. Fernando y D. Antonio, ellos: reciben, alientan y alimentan a los transeúntes y menesterosos que pasan por allí, son los continuadores y herederos de la tradición hospitalaria iniciada en 1120 junto a la iglesia de Santa María. Es patente  la fe de las señoras que  se ocupan del aseo y buena presencia de las telas, ornamentos y objetos sagrados litúrgicos, también de las que decoran el altar mayor y preparan los adornos florales. Supongo una gran fe en aquellas mujeres que mantienen con tanta diligencia  y dedicación la tradición de las capillas (Milagrosa-Sagrada Familia) que visitan puntualmente nuestros hogares, entre ellas señalamos por su veteranía y buen hacer a Nievinas. Nos conmueven todas las personas que forman parte de las cofradías cisterniegas, les  contemplamos portando las varas, estandartes y medallas en las celebraciones que lo requieren con esa gravedad tan leonesa. Nos reconforta la tradición recobrada y renovada desde hace unos años del canto del ramo que el pueblo ofrece en la misa de gallo. Nos congratulamos y emocionamos con la bondad  de los sacerdotes que viven entre nosotros, siempre entusiastas  seguidores de Jesús. Son pastores que nunca nos escandalizaron ni nos dieron malos ejemplos, -"no corrompieron ni solicitaron a nuestras mujeres e hijas, ni se enriquecieron aumentando sus haciendas". En éstos difíciles momentos de abandono, con infinita paciencia y valor D. Avelino, sigue pastoreando  rebaño tan díscolo y mermado. Juan, mayordomo de la ermita de San Guillermo de Peñacorada y Pepe Gato junto a todos sus colaboradores mantienen con gran trabajo y dedicación una tradición ocho veces centenaria de espiritualidad popular. Concluimos diciendo que  en Cistierna, a pesar de las dificultades, sigue manteniéndose viva la llama de la Fe Católica - Apostólica Romana.
En medio de la tempestad del mar de Galilea Jesús dormía, pero, Jesús ni dormía ni jamás duerme cuando toca defender a los suyos. Dios no nos ha abandonado y tampoco estamos solos. Como en Vierdes de Sajambre según el hermoso sermón del P. Martino, en Cistierna, también nos acompañan espiritualmente todos aquellos que nos precedieron. Desde nuestro pueblo seguimos a pesar de todo siendo fieles al Papa Francisco, pedimos por él, para que no se desvíe de la ortodoxia y cese desde el Vaticano contaminado de modernismo y herejías, la confusión y hostigamiento hacia los fieles católicos, el depósito de Fe y la Tradición.

 Esta fotografía es uno de los documentos más antiguos de la religiosidad popular en Cistierna. Nos parece distinguir al fondo el palio, es la procesión del Corpus, más adelante vemos un imagen llevada en andas por cuatro hombres. Transcurre la procesión por la plaza aún porticada en uno de sus lados; los soportales ocupaban la delantera del actual edificio Montesol.  La escena pertenece a  los años veinte del siglo que pasó o algo anterior, los soportales fueron derruidos en 1923. Reconocemos en primer término la casa de Dña. Oliva la Caya, la siguiente es la casa donde se ubicaba el comercio del Señor Beitia, la última es la casa donde se ubicaba hasta los años ochenta la cantina Candanedo. La huerta del fondo con chopos y tapia de piedra pertenecía al médico D. Raimundo Morán, hoy Hogar del Pensionista. Acompañan al Santísimo en dos filas mujeres con cirios en la mano,  se cubren con sus rebozos y el tradicional echarpe. También se distingue algún estandarte religioso decorado con motivos eucarísticos. (Foto gentileza familia Corral)

Procesión de Santa Catalina de Siena, años previos a la guerra civil. Los niños de primera comunión posan frente a la imagen de la santa en el cruce de la farmacia. A la izquierda, la casa de D. Germán, juez de Cistierna por aquellos años, casado con Dña Amalia Corral, hija del empresario minero D. Esteban Corral. La casa fue derribada hace pocos años. Reconocemos a la izquierda de la foto junto a la monja a la niña: Emma Sanz Sagüillo actual propietaria con Siro Sanz Sagüillo  del Moderno. (Foto gentileza familia Siro Sanz)

 Procesión del Corpus, años cuarenta. El párroco D. Fidel Alonso, bajo palio, porta la custodia con el Santísimo a punto de entrar en la iglesia de Cristo Rey. Vemos tras el pueblo en procesión, las casas de: D. Emilio Tagarro; sigue la de D. Celestino y Dña. Macaria y al final la de Dña. Juanita la Villalona (la reina del postre). Reconocemos portando la primera vara izquierda del palio a D. Reinoldo Compadre (secretario del Ayuntamiento desde la guerra civil); la segunda vara por la izquierda la lleva nuestro tío D. Inocencio Recio, indiano en Cuba, natural de Villayandre (propietario del Moderno). Acompañan al Rey de Reyes: niñas de primera comunión; autoridades concejiles; Guardia Civil; santos y pecadores; unos más que otros por supuesto y si no..., escudriñen, investiguen la fotografía, en ella se oculta un gran misterio aún por desvelar. (Foto gentileza familia de Siro Sanz García)

Altar dedicado a la Inmaculada Concepción, junto a la casa de la sin par Chavela, durante la procesión del Corpus, finales de los años cuarenta. (Foto gentileza familia Siro Sanz)

Altar dedicado al Sagrado Corazón.  Como el de la imagen anterior, era un monumento piadoso que se levantaba en alguna de las calles por las que pasaba la procesión del Corpus, al llegar la comitiva al altar, el sacerdote depositaba la custodia, y allí se hacía un acto de adoración al Santísimo. Éste que ahora contemplamos se hizo en los portones de la propiedad de D. Teodomiro Alonso, junto al Moderno, corrían los años cuarenta del siglo XX. (Foto gentileza familia Siro Sanz)

Procesión de la Virgen del Carmen años cincuenta. El párroco D. Fidel Alonso, con birrete negro, preside la procesión a la altura de la huerta de D. Raimundo Morán. En el atuendo de las mujeres sigue predominando los echarpes negros de lana, pañuelos de lo mismo sobre la cabeza, respetan el mandato del velo para toda ceremonia religiosa; bueno era D. Fidel Alonso para que no lo respetasen. La imagen de la Virgen del Carmen fue regalada a la iglesia parroquial en los años cuarenta por la familia Nieto. (Foto en color gentileza de Don Max Rudolf Vaillant, estudiante de Geología, de nación holandesa, que por aquellos años residía en el Moderno)

Año 1963, la procesión de la Virgen del Carmen a la altura del Moderno. Entre las autoridades distinguimos a d. Reinoldo Compadre (Secretario del Ayuntamiento); D. Pallidio Tejerina Valbuena (Concejal); y al Capitán de la Guardia Civil. Junto a las rayas en rojo, azul y verde, pintadas en la pared del taller de reparaciones de coches Azteca, el autor del blog de tres años camina de la mano de su abuela Dña. Rosalina Tejerina Valbuena (Foto de Don Max Rudolf Vaillant) 

3 comentarios:

  1. Gracis por tu relato positivo, lleno de sentimiento.

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  2. Siro, soy Carlos Alvarez, me puedes facilitar un correo electrónico para enviarte una foto que quizá te interese. Gracias

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  3. Increíble artículo.
    Es todo un acto de Fe.
    Gracias.

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