Recibí la noticia del
fallecimiento de Adela, una lluviosa tarde de octubre mientras contemplaba desde la Campera Mateo la
villa de Cistierna. Este acto supremo de
la vida, lo realizó Adela acompañada del cariño de la familia y de su pueblo.
Superada la tristeza del primer momento, pues la muerte de nuestros semejantes
es separación y aviso de la propia, recordé con gratitud y alegría los muchos
momentos compartidos con Adela. Enfilando ya la recta de los 100 años, seguía
gozando de una memoria prodigiosa y además, cuando relataba hechos de la historia
cotidiana de Cistierna durante el pasado siglo lo hacía con mucho sentido común,
ecuanimidad, gracia y caridad cristiana.
Hasta tres molesquines llené de
datos precisos y preciosos, que no opiniones, de personas y sucesos para muchos ya
olvidados o que no quieren ser recordados. Algunos de esos datos aparecen en
este blog y otros han sido puestos hace tiempo en papel de la Revista Comarcal
de Riaño, todos ellos recogidos en las tardes de verano cuando Adela tenía a
bien dedicarme su tiempo y paciencia. Hace cinco años me interesé mucho por el
tema de la guerra civil en Cistierna. Cierto día, después de dos horas hablando
del tema, Adela me espetó:-“Siro, la curiosidad mató al gato, preguntas cosas que ni a mi familia he contado”-. No se sentía a gusto
recordando la muerte alevosa de sus convecinos, la persecución religiosa, la delación, la cobardía de
otros y los difíciles tiempos que vinieron después. También me decía: -“de
esto no escribas nada hasta después de mi muerte y no pienses que ahora sería
distinto, la barbarie aparece en todo tiempo”-. No tengas cuidado Adela, el
panorama que me pintabas era tan desolador, que al día de hoy aún no me atrevo
a escribir el relato de la miseria humana desatada en nuestra villa durante
aquel conflicto ahora recordado hasta la nusea por cierta "memoria" que no tiene nada de "histórica".
En su despedida nuestro buen
párroco Don Avelino Gutiérrez, recordó con sentidas palabras la calidad humana,
cristiana y vital de Adela. Durante los tiempos en que fueron párrocos de
Cistierna: d. Similiano, d. Conrrado, d. Inocencio Rodríguez (Obispo de Cuenca), d. Fidel (Canónigo de la Catedral de León) y d. Telmo (Rector de San Marcelo de León), Adela fue una
gran colaboradora en todas las tareas parroquiales y en todos los eventos promovidos
y auspiciados en la parroquia de Santa María y después de Cristo Rey. En
particular quiero destacar la participación de Adela en muchas de las
actividades del Instituto Bíblico y Oriental de Cistierna, asistía a
todas las conferencias de la Cátedra de Historia y a otras sobre las Sagradas Escrituras
y ésto cuando tenía 85 años, hasta hoy que cumplía los 96.
La muerte cristiana es un gran
sueño. Transitoriamente adormecido, el cuerpo de Adela espera el momento de la
resurrección cuando de nuevo se vea habitada por el alma. Asomada ya al gran
misterio, seguro que nuestra convecina, amiga y confidente, contempla ahora el rostro de Dios y aquellos tiempos de la antigüedad por los que tanto se interesaba en las
conferencias del Bíblico. Mientras tanto, nosotros aguardaremos expectantes y
con gozo el momento de reunirnos con ella y con nuestros queridos difuntos.
Doña Adela Rodríguez y doña Milagros Corral (Foto: Siro Sanz)
Doña Adela bajo la imagen de Cristo Rey, titular de la parroquia de Cistierna. (Foto: Siro Sanz)
Doña Adela y doña Rosario Vega en Picos de Europa. En la foto inferior cuando corrían los años sesenta, Adela es la tercera por la izquierda en la Virgen de la Velilla acompañada de: Elena Llamazares, Gelines, Puri, Tomasa y otras chicas de Cistierna. (Fotos: Gentileza de Adela)
la memoria de nuestros mayores que nos dejan perdura , la del pino centenario de Cremenes que a sido vil mente derribado despues de ser seña de identidad de Cremenes durante siglos , debia de haber sido protegido por sus vecinos y declarado como arbol singular por la Junta ,nos quedaran las fotos para su memoria ,saludos
ResponderEliminarDesgraciadamente el arboricidio caracteriza muchas de las actuaciones de particulares y ayuntamientos. En Cistierna de 1974 hasta la actualidad practicamente se han talado casi todos los grandes nogales que había en el interior del pueblo, algunos de ellos en lugares públicos y comunes a todos los vecinos. Lo que gusta es el cemento por todas partes. En general, la saña contra los árboles es indicio de poca sensibiliad hacia todos los seres vivos. Al celtíbero el árbol siempre le molesta, impide el paso o ensucia los canalones.
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