Existen también en la
montaña oriental leonesa, una serie de valores históricos insospechados
que bien investigados, por su dimensión universal, pueden otorgar a
nuestra comarca un marchamo diferencial sobre el resto de regiones de
España
Últimamente
los esfuerzos realizados por los ayuntamientos de: Riaño; Acebedo; Burón; Prioro; Boca de
Huérgano; Valderrueda; Prado; Crémenes; La Ercina y Sabero en la promoción de un turismo
argumentado en el patrimonio histórico legado por nuestros antepasados
van dando sus frutos. Destaca entre estos ayuntamientos la oferta
cultural de Sabero, toda ella en un enclave natural de gran belleza.
El pueblo de Sabero; Sahelices; Olleros y Sotillos, superado ya su
pasado minero, alberga parte de ese patrimonio y presentan un conjunto
urbano homogéneo, bien comunicado, pulido y limpio en sus edificios
religiosos, calles y plazas.
Sabero con gran acierto y el esfuerzo de los mejores de sus
hijos que así demuestran el gran amor y respeto que sienten por su
tierra, ha sabido armar una serie de rutas turísticas, casi
todas ellas, basadas en la minería; rutas que se complementan con
actividades deportivas y de naturaleza muy interesantes.
Existen también en la montaña oriental leonesa, una serie de
valores históricos insospechados que bien investigados, por su dimensión
universal, pueden otorgar a nuestra comarca un marchamo diferencial
sobre el resto de regiones de España.
En
el siglo VIII, en Liébana, tierra unida desde siempre a los destinos de
León, uno de los valles más hermosos y recónditos de la Cordillera
Cantábrica, protegido por los soberbios farallones calizos de los Picos de Europa,
Beato (730?-798?), monje de un humilde monasterio, S. Martín de Turieno, escribe un tratado sobre el Apocalipsis.
Creará un manuscrito miniado hermoseado con la más espectacular y
colorista iconografía del Occidente, pergeñada y presente también en el
Oriente.
El Apocalipsis de Beato, una recolección encadenada de
textos y exegetas bíblicos, tendrá un éxito enorme, será copiado y
difundido por toda la Europa cristiana dando lugar a
un fenómeno cultural de gran relevancia, confortará al pueblo
con esperanza, en unos tiempos en los cuales el mal, al igual que hoy,
se disfrazaba con: mentiras, invasiones, plagas, hambre y guerras. En
los inicios del reino astur-leonés, el Apocalipsis, libro de inspiración
divina, bestseller
Altomedieval, profetiza el triunfo del pueblo cristiano, la victoria
sobre el mal, sobre el anticristo y Babilonia identificada con los
musulmanes. Beato de Liébana
hablará también con claridad del apóstol Santiago el Mayor y de los lugares donde predicó
en el himno: «O Dei verbum» dedicado al rey Mauregato, compuesto quizás para la dedicación de alguna de las pequeñas iglesias de los Picos de Europa,
de éste himno deriva el origen del gran fenómeno espiritual y cultural europeo: el Camino de Santiago.
Todo ello confluirá en el hallazgo de la tumba de Santiago en Libredón
por el monje Paio de Solovio en 813. Tumba prestada por la familia
galaico-romana de
Atia Modesta para descanso del
Hijo del Trueno. Un mausoleo que tiene una secuencia
arqueológica categórica durante dos mil años: romana; tardo romana;
sueva; visigoda; basílica de Alfonso II (820); Alfonso III (872);
catedral románica (1075) y así hasta el siglo XX, cuando se descubrieron
los testimonios epigráficos en griego y hebreo dedicados a los
discípulos de Santiago: Teodoro y Atanasio, enterrados junto a su
maestro. En el siglo IX otro monje de S. Martín:
Sisnando de Liébana (¿840?-920/21),
bajo la égida del glorioso Alfonso III el Magno, emprende la colonización del Alto Valle del Esla, recién tomado a los musulmanes.
Sisnando de Liébana,
marca espiritualmente la pertenencia secular de la montaña
oriental leonesa, en especial de Aleje y Villayandre a la Sede
Compostelana de la cual será el IV obispo. Sisnando es un
personaje imprescindible a la hora de explicar la historia Alto-Medieval
de nuestra montaña. Quién sabe las relaciones, ahora desconocidas, que
hubo entre las gentes de Crémenes, Aleje y Villayandre, con los clérigos
y arzobispos de Santiago.
Recordamos de nuevo que la génesis del camino espiritual más
importante del occidente cristiano: el Camino de Santiago, se produce en
el triángulo comprendido entre Peñacorada, Covadonga y el Monasterio de
de San Martín de Turieno, ahora Santo Toribio de Liébana. El mismo
territorio donde el cántabro Pelayo, sobre la plantilla de las
calzadas romanas construidas para el asedio al Monte Vindio, inicia la
rebelión contra el Islam; según dice la crónica:
«ad salvationem ecclesiam», por la salvación de la Iglesia (
Crónica Alfonsina-Versión Rotense) y para devolver la libertad al pueblo cristiano:
«tunc reddita est libertas populo Christiano» (Crónica Albeldense).
Una rebelión en la cual nuestra comarca, retaguardia de Cangas
primera capital cristiana, tuvo especial protagonismo. Rebelión que se
prolonga en el glorioso reino de León y trae el origen de la nación
española, la portuguesa y las otras que de ellas vinieron más tarde.
Nuestra historia local posee por lo tanto una dimensión universal que
debe ser reconocida y valorada por las autoridades políticas (sobre todo
las locales) y académicas.
En los albores del tercer milenio, en una sociedad de consumo
opuesta a la de Beato y Sisnando, de apostasía general, no dejamos de
sentir el desamparo, inseguridad y desolación que sentían los
contemporáneos del comienzo del segundo milenio. En el mundo
moderno y España en particular, con una oscuridad tejida por las
mentiras, estamos quizás más expuestos y desamparado que aquellos
antepasados nuestros.
Santiago de Galicia, tan querido y unido al devenir
histórico de la montaña oriental leonesa y de la monarquía hispánica,
sigue siendo luz y punto de encuentro espiritual de una Europa que ha
dado la espalda a sus orígenes cristianos.

Santiago
matamoros de Villafrea de la Reina. La génesis del camino espiritual más
importante del occidente cristiano: el Camino de Santiago, se produce
en el triángulo comprendido entre Peñacorada, Covadonga y el Monasterio
de de San Martín de Turieno, ahora Santo Toribio de Liébana. El mismo
territorio donde el cántabro Pelayo, sobre la plantilla de las calzadas
romanas construidas para el asedio al Monte Vindio, inicia la rebelión
contra el Islam / Siro Sanz