Redimora, es uno de los valles
que se tienden lateralmente a Peñacorada
por el Norte, entre el Murrial (castillo de Cistierna), Monticiello y Los
Rejos.
La Casilla, último núcleo urbano
de Cistierna por el Norte, se sitúa a la salida de dicho valle. El arroyo que lo recorre se origina en
algunas fuentes de la Collada de los Ratones al Este. Desde allí, baja
recogiendo las aguas vertientes de la ladera Norte de Peñacorada (El Abesedo) y
de Los Rejos, después, pasa bajo la carretera de Sahagún a las Arriondas para
morir en el Esla, junto a ese monumento a la imprevisión, padrón de ignominia
para nuestra villa que fue el matadero municipal.
Un camino con restos de empedrado
en su inicio, asciende desde La Casilla hacia la Collada de los Ratones por la
margen derecha del arroyo.
El lugar aparece nombrado como Rego
de Mora en un documento de la Alta Edad Media (8 de julio de 985). Una
mujer llamada Jimena hace donación al monasterio a Sahagún de su patrimonio.
Entre otros muchos bienes nombra esta villa de Rego de Mora. El término villa
tenemos que entenderlo aquí como una explotación agrícola ganadera familiar. Se
citan en ese documento otros nombres interesantes y cercanos a Rego de Mora: Villa in Valle Martino (Valmartino),
Stola (Esla), villa in Cremanes (Crémenes) y un nombre hoy desaparecido Campos Caudoces, que identificamos como
la vega que se extiende junto al Esla entre Vega Mediana, Sabero y Santaolaja
de la Varga. El documento da como propietarios anteriores de Rego de Mora a una tal Adosinda y a doña
Gutina hija de Álvaro. En Valle Martín, otra de las villas donadas,
el documento precisa que le fue antes vendida por los hijos de Ero Munioni
(JOSÉ MARÍA MINGUEZ. Colección diplomática del Monasterio de Sahagún. P, 392).
El documento es interesantísimo,
pues nombra núcleos de poblamiento y sus poseedores en los aledaños de Cistierna en fecha muy
temprana, junto a la calzada romana del Esla o muy próximos a ella.
El poblado de Rego
de Mora (Redimora) nace bajo la protección del castillo ubicado en el
Murrial y muy cercano también al Castillo de Aguilar, este último enfrente de
Redimora en la margen derecha del Esla, castillo roquero situado sobre un
escarpe calizo. Estamos en vísperas de las campañas de Almanzor, que devastará
las tierras leonesas tres años más tarde. La villa de Rego de Mora es probable que se localizase entre la finca de Doña
María Rodríguez y el establo de ganado situado un poco más arriba. La cerámica
medieval a aparece a veces en superficie, en y entre estos dos lugares citados.
Debemos ser precavidos en la interpretación de moro-mora en nuestra comarca. Escuchamos a veces que el vulgo
atribuye a los moros (árabes) el origen de restos arqueológicos, hechos
históricos y numerosas leyendas de tesoros. En ocasiones estos moros y moras
recordados por el pueblo, solapan hechos históricos más antiguos. La conquista
romana fue un acontecimiento traumático que dejó también huella en la
tradición. Muchos de los recuerdos conservados en la memoria tribal, se
solaparon con el hecho más reciente de la conquista musulmana. Sin olvidar
también que moro y mora pueden ser un radical indoeuropeo de agua. Es el
contexto y el trabajo de campo el que nos dará la pauta a seguir. En el caso de
Redimora, a la vista del nombre del arroyo (Arroyo de Redimora), nos inclinamos
por la permanencia en el lugar de un compuesto hidrónimico latino y prerromano.
RE (DI) MORA: Re-Ri, latín: rivus
(arroyo); prerromano: Mora, (radical Mor-agua).
(Del libro ORIGEN Y MISTERIO DE LOS NOMBRES DE AGUA EN EL CONCEJO DE CISTIERNA. Siro Sanz- Eutimio Martino.)
Desde la Jagariz, vista de la entrada al Valle de Redimora en la cara Norte de Peñacorada. Observamos en la fotografía el nucleo urbano de La Casilla, lugar habitado y documentado desde hace más de 1000 años. El primer edificio a la derecha de la foto, junto a la carretera, es la carpinteria de D. Luis Alvarado, situado justo a la entrada del valle y bajo el Murrial donde hace 1000 años se ubicaba el Castillo de Cistierna. (Foto: Siro Sanz)
Valle de Redimora desde las alturas de la Jagariz. (Foto: Siro Sanz)