Si existe un edificio notable en
la Villa de Cistierna, ese es el nuevo consistorio que inicia su construcción
en 1919. Dentro de cuatro años cumplirá los 100, por eso vemos conveniente dar
a conocer a los cisterniegos lo investigado; que sepamos hasta ahora, ésta es la única descripción o acercamiento histórico y arquitectónico al
mismo.
Desconciertan un poco sus
dimensiones, casi de consistorio capitalino, sobre todo por los días que nos ha
tocado vivir en cuanto a mengua y acabamiento de nuestra villa y de toda la
Montaña de Riaño; aquí no se libra nadie de la sangría de personas y haciendas debido a las desastrosas políticas y liliputienses políticos que nos las aplican y pastorean.
La desmesura de la construcción se explica por los tiempos en que se pensó y
diseñó. Cistierna pasaba entonces por uno de los momentos de mayor auge y
apogeo económico derivado de la industria minera y del ferrocarril. Desde
Cistierna se gobernaba un concejo que comprendía además de los 9 pueblos
actuales, todo el Valle de Sabero, segregado el año 1927. Aquel despegue
económico trajo de la mano un gran aumento de la población y el viejo
consistorio (por eso llamamos nuevo al actual) situado junto a la casa del industrial D. Sandalio Colmenares,
quedaba pequeño; era necesario un edificio de mayor tamaño y sobre todo, un
edificio multiusos que a la vez de las tareas administrativas, fuese capaz de
albergar el juzgado que se pretendía establecer en Cistierna, una biblioteca y
también viviendas para maestros, juez y secretario del ayuntamiento.
A los guardias civiles, en el año
1921 se les construiría un cuartel junto al nuevo consistorio; hasta entonces
la Benemérita se alojaba en precario en el cuartel viejo de la Calle Redomas,
próximo a la iglesia vieja. En cuanto a la descripción del edificio, observamos
una planta rectangular de la que sobresale un cuerpo central sustentado por
nueve arcos escarzanos, flanqueado por dos cuerpos laterales que en el proyecto
inicial, según fotografías de la época solo tenían planta baja y un piso; al
parecer en el proyecto inicial los arcos presentaban molduras decoradas con
bajorrelieves esféricos. En el arco central, bajo el balcón principal, se
contemplan aún esos relieves de esferas,
decoración iniciada pero no concluida. El edificio se distribuye en planta baja
y dos pisos marcados en la fachada por dos entablamentos, el último piso sobre
el cuerpo central era abuhardillado con cuatro mansardas en la parte delantera
del edificio y nueve en la posterior; las mansardas después de sucesivas
reformas han desaparecido. Los nueve vanos del primer piso y cuerpo central son de dinteles
arquitrabados; el central tiene un balcón saliente, sobre dos ménsulas,
decorado con motivos ornamentales formados por entrelazados curvos
característicos de la decoración modernista en boga durante esos años. El resto
de los balcones del cuerpo central no sobresalen y tienen columnas abalaustradas, todos ellos
rematan en una cartela con moldura curva sin inscripciones. Los ocho balcones
de los cuerpos laterales rematan en un frontón curvo, dando al edificio un aire
clásico renacentista, acentuado por la sillería ligeramente almohadillada de
los entrepaños y por las cuatro copas, dos a cada lado del edificio, que
sustentan grandes bolas esféricas. Los avatares de su construcción fueron
muchos e implicaron a las fuerzas vivas de la población durante los 9 años que
duró la obra.
El día 15 de Marzo de 1919, siendo alcalde constitucional de Cistierna D. Esteban Corral, se le autoriza, en
nombre del ayuntamiento, para contratar en las mejores condiciones económicas
las obras del nuevo consistorio, teniendo de asesor a D. Manuel Echevarria, que se constituye como director de las mismas.
El alcalde, además de otras gestiones, contrata como maestro cantero al vecino
de Cistierna D. Isidoro Marquiegui,
que fue quien mejores condiciones presentó y que firmó contrato en condiciones
el día 29 de mayo de 1919, para
inmediatamente dar comienzo dichas obras. Como curiosidad aportamos que en
Cistierna existe una casa construida poco después del ayuntamiento y de
parecidas características, aunque a otra escala, pertenece a la familia de los
Marquiegui, también conocida como de los Berris, excelentes canteros oriundos
del municipio de Berriz provincia de Vizcaya de donde les viene dicho apodo
gentílico. Entre las noticias que aporta el documento de contratación
destacamos las siguientes: el nuevo consistorio se levantaría en la plaza de la
villa, según los planos presentados por la corporación, planos y proyecto
elaborado por el arquitecto Señor Blanch. Creemos que se trata del arquitecto
de la Diputación de León D. Francisco
Blanch y Pons, de nación catalana, casado con Doña Ángela Cornet, pariente
del gran arquitecto Gaudí. En el contrato se especificaba que los cimientos
debían ser de mampostería, incluida la excavación a razón de 14 pesetas el
metro cúbico. La fachada posterior del edificio, en mampostería a 15 pesetas el
metro cúbico. La fachada principal a 35 pesetas el metro lineal. Nueve arcos en
el pórtico y pasadizo de sillería aplantillada a 1.100 pesetas cada arco (condición
que no se cumplió, pues los arcos y entrepaños del interior del pórtico hoy día
aparecen desnudos, sin ningún tipo de sillería). Esquinas de sillería a 40
pesetas metro de altura. Huecos interiores del pórtico a 400 pesetas cada uno.
Relleno entre los huecos del pórtico hasta la imposta o entablamento de la
fachada del piso principal en sillería a la berruga (literal) a 40 pesetas el
metro cuadrado, teniendo en cuenta que estos entrepaños habían de tener vista
interior y exterior (condición que tampoco se cumplió, presentando la misma
desnudez de sillería al exterior).
La fachada que da acceso a la
casa ayuntamiento en sillería a la berruga (tampoco se cumplió esta condición).
El zócalo de la fachada a cuarenta pesetas el metro cuadrado. Se debían construir
casas vivienda en los dos anexos laterales. Entrepaños y zócalos de los dos
edificios laterales a 500 pesetas metro cuadrado, de sillería caliza
ligeramente almohadillada. Las impostas (entablamentos) a 40 pesetas el metro
lineal. Paso principal en sillería aplantillada con moldura a 900 pesetas metro
(sólo se conserva en la escalera junto al ascensor). Repisa para el balcón
central a 100 pesetas el metro lineal. Ménsulas para el mismo a 30 pesetas cada
una. Entrepaños en sillería a la berruga a 40 pesetas el metro cuadrado.
Capiteles a 100 pesetas cada uno. Ornamentación para el reloj, 1.000 pesetas.
Columnas para el mismo a 35 pesetas metro lineal (no se conserva ni las
columnas ni los capiteles para dicho reloj). Peldaños para la entrada de los
edificios laterales a 40 pesetas cada uno.
Como maestro de carpintería para
la cubierta del edificio se adjudicó la obra a D. Nicolás Calzón,
vecino de Cistierna, a razón de 3 pesetas con 75 céntimos el metro cuadrado.
Del suministro de toda la madera necesaria para la obra se hizo cargo D. Cesáreo Valcarce, vecino de
Santibáñez de Rueda, con sujeción a los precios siguientes: 8 vigas de 8,20 por 17 por 10, a cinco pesetas;
4 tijeras de 5,00 por 12 por 24, a cinco pesetas; pendolones de 2,50 por 12 por
15 a cinco pesetas; 4 jabalcones de 2,00 por 12 por 15 a cuatro pesetas; 15
tercias de 3,50 por 18 por 12, a cuatro pesetas; 6 estribos de 3,50 por 12 por
12, a dos pesetas; 35 cuartones de 5,00 por 7 por 7, a una peseta; 60 docenas
de tableta a 2,75 pesetas la docena.
La cubierta, en el primer diseño,
era de teja plana. También se contrataba a D.
Ildefonso González para colocar todo el sistema de canalones y vierteaguas
necesarios. Debido a lo prolongado de las obras y a la falta de medios de
transporte del ayuntamiento, en marzo de 1920 se establecía la prestación
personal de los pueblos del municipio para el arrastre de materiales a pie de
obra. En junio de 1927 Jerónima Fernández, de Valmartino, solicitaba al
ayuntamiento que se le abonase el importe de una vaca escornada en el acarreo de piedra; una comisión pericial acordó
pagarle por los daños y lesiones a la vaca 50 pesetas. El ayuntamiento seguía
en obras en agosto de ese año como reflejan los pagos a Zorita y hermanos de
León de 1.093 pesetas en maderas, y otra a Ridruejo por valor de 1.870 pesetas,
importe de 22 toneladas de cemento marca Cosmos. Y proseguían aún dichas obras
el 27 de Mayo de 1928 cuando se autoriza a Nicolás Calzón y a Felipe García
para ir a León, visitar los almacenes de madera y yeso y traer muestras para la
mesa del ayuntamiento y juzgado; en el mes de julio se pide un vagón de yeso a
Martínez Ridruejo.
En cuanto al presupuesto
necesario para obra de tal envergadura, tenemos que decir que fue uno de los
principales quebraderos de cabeza para el ayuntamiento y, sobre todo, para el
empresario y alcalde D. Esteban Corral. El 26 de Agosto de 1921, tras larga
discusión en un pleno, se aprobaba un presupuesto extraordinario para la casa
consistorial y otras obras que se tenían proyectadas. En un principio se pidió un empréstito de 125.000 pesetas; más tarde se
solicitó otro por un valor de 375.000 pesetas hasta completar las
500.000 pesetas que se vieron eran necesarias para atender las obras que la
corporación intentaba sacar adelante. Mientras llegaba el dinero del empréstito
solicitado, Esteban Corral anticipó al Ayuntamiento para atender gastos de
la obra, la cantidad de 125.000 pesetas y D. Ángel F. Pérez 51.000 pesetas. El
Ayuntamiento acordaba por unanimidad reconocer dichos créditos que habían de
serles reintegrados en el momento que se contratase el empréstito proyectado.
En Junio de 1931, cuando triunfa
la República, con Esteban Corral fuera ya de la política y del ayuntamiento,
el concejal Gonzalo Diez solicitó en un pleno que se retirase a Esteban
Corral la placa que tenía dedicada en el salón de sesiones. Argumentaba para
justificar la damnatio memoriae, que siendo alcalde Esteban Corral, había
presidido sesiones donde se le reconocieron créditos por valor de 199.158
pesetas, entendiendo que había sido ilegal la forma en que se hicieron aquellos
anticipos, pues con ellos el alcalde se hacía acreedor de los fondos
municipales, y que además el alcalde no había hecho ninguna obra benéfica ni
filantrópica para ser acreedor de tal homenaje. Curiosa e interesante la figura
del concejal Gonzalo Diez, que defiende la legalidad republicana negando la
placa de reconocimiento por servicios prestados a Esteban Corral. Diez haciendo
gala de un peligroso funambulismo político permanecerá en oficios del ayuntamiento hasta
los años sesenta del siglo pasado durante los periodos de: la monarquía (Alfonso XIII), dictadura
de Primo de Ribera, república y dictadura de Franco. Será alcalde al poco de
entrar las tropas franquistas en la villa, desde el 6 de Agosto de 1936, hasta
el 22 de Agosto de 1937. Las controversias y problemas derivados de la
construcción de tan importante edificio obligaron a convocar el 1 de Octubre de
1931 un pleno municipal que fue bastante movido, con intervenciones y diatribas
contrarias a D. Esteban Corral. El
concejal D. Vicente Corral hizo un amplio discurso laudatorio sobre los años de
gobierno de su padre y contra Gonzalo
Diez al que acusaba de ser la “mano
negra” (literal) dentro del ayuntamiento, además de ligar sus intereses al “chupe”
(literal) mientras ejercía el cargo de concejal, ya que Diez, era el que
suministraba los materiales para las obras del ayuntamiento y juzgados. Añadía
Vicente Corral: “cuando el suministro de
materiales cesó, el concejal Gonzalo Diez se dedicó, con otros concejales a una
campaña sórdida en contra del proyecto, mezclando en su actividad rencillas y
odios personales”. Vicente
Corral en descargo de su padre y en su nombre afirmaba: Que las obras desde 1919 fueron refrendadas por un consenso
general; que el proyecto no solo había sido apoyado por los vecinos de
Cistierna sino por los de todo el municipio, que colaboraron con prestaciones
personales; que si a la mitad de las obras hubo problemas con la prestación
personal de los pueblos fue debido a la campaña de desestabilizadora de Gonzalo
Diez. También argumentaba Vicente Corral que el edificio que hasta 1919 se
utilizaba como sede del ayuntamiento era a todas luces indigno para albergue
del concejo y sus dependencias, y lo comparaba con el recién construido, del
que afirmaba era: “UNA DE LAS MEJORES CASAS CONSISTORIALES DE LA PROVINCIA”.
Otros concejales afirmaron del alcalde que mientras duraron las obras de la
casa consistorial, fue siempre el primero en estar en su puesto y el último en
separarse de él, desatendiendo sus asuntos personales y que hasta la fecha en que fue contratado un empréstito él había
adelantado el dinero con perjuicio de los intereses que podía sacar de ellos.
En cuanto a la viabilidad
económica del edificio se afirmaba en este pleno que los nuevos locales del
actual consistorio se podrían alquilar por una renta de 100 pesetas mensuales,
a los que había que sumar las rentas de las viviendas para los maestros, juez y
secretario. En el proyecto también se contemplaba la adquisición de mobiliario
y todo lo necesario para la biblioteca pública. El 25 de Noviembre de 1928 se
firmó un contrato con la casa constructora de muebles “Los Certales” de Zaragoza, para adquirir todo el mobiliario de las
dependencias consistoriales, tasado en la cantidad de 23.900 pesetas. En el Bazar Benester se adquirieron las
escupideras para todas las dependencias por el valor de 118 pesetas y también
la primera máquina de escribir de la marca Underwod modelo 3-14. Para la
instalación de la Biblioteca Pública
en el último piso se solicitó la
protección del Gobierno Civil de su Majestad y se firmó un contrato con el representante de la casa Espasa Calpe,
D. Manuel Silva Bello, suscribiéndose dicha biblioteca a la Enciclopedia
Ilustrada Espasa por la cantidad de 2.487 pesetas, (dicha enciclopedia aún se
conserva en la Biblioteca Pública de la villa).
Desconocemos la fecha exacta de
la inauguración del nuevo ayuntamiento; pensamos que fue durante el verano del
año 1929, pues el 11 de agosto de ese año se hizo un pago al pirotécnico que
ofreció un espectáculo de fuegos artificiales para celebrar el evento y otro
pago por lo mismo a D. Bernardino
Sagüillo y su cuñado D. Inocencio Recio
propietarios del Moderno, por el banquete con el que se regalaron concejales y
fuerzas vivas de la villa; que ya por aquel entonces con el dinero del
contribuyente se tenían este tipo de relajos y alegrías.
Y ahí sigue después de 100 años
el ilustre Consistorio de Cistierna, por el cual ha pasado la revolución de
1934, la república, la guerra civil española, la dictadura de Franco y la monarquía (Juan Carlos I y Felipe VI) en
democracia que ahora disfrutamos; que Dios guarde a nuestros señores naturales los reyes de España. Como curiosidad, por si alguno quiere probar
suerte, el Ayuntamiento, por unanimidad, desde el año de 1929 en adelante, se
suscribía a jugar 50 pesetas a la lotería de Navidad a los números: 30.309 y
29.118.
Datos investigados en los libros del Concejo de la Villa de Cistierna,
años 1919- 1936.
D. Esteban Corral, patriarca de una extensa prole, empresario minero, alcalde constitucional de Cistierna, promotor de la construcción del nuevo Consistorio. A esta singular persona debe Cistierna gran parte de su desarrollo urbanístico e industrial durante la primera mitad del siglo XX. Es D. Esteban Corral una figura insuficientemete considerada por los cisterniegos en la historia de la Villa, en orden a sus méritos como: empresario, filántropo, político, protector de la Iglesia y de los necesitados.
Año 1959 observamos como era por esas fechas la silueta del consistorio. Después de las últimas reformas desaparecieron las mansardas de la cubierta. (Foto genileza Mª Jesús y Milagros Corral)
Consistorio de Cistierna en la actualidad. (Foto. Siro Sanz: utilizada por tantos saqueadores sin citar autoría.., ¡amuélate Sirin!
D. Gonzalo Diez (alias: Chorizo) a principios de los años cincuenta posa en el pórtico de la ermita de S. Guillermo. Gonzalo Diez fue el protagonista
de una feroz polémica con D. Esteban Corral cuando la construcción del
consistorio; él y otros concejales opusieron una sórdida resistencia y promovieron la damnatio memoriae a la figura del alcalde. Gonzalo, al comienzo de la guerra civil fue por poco tiempo alcalde de Cistierna. Observamos en el interior de la ermita un retablo hornacina que
alberga la talla de S. Guillermo, también distinguimos el arco de ladrillo que da paso a la celda del anacoreta, estructura solapada durante unos 70 años y descubierta reciéntemente en unas obras de restauración. Hace 6 años se instaló por oficio del que esto escribe un retablito hornacina de talla barroca de más calidad que el antiguo, bastante semejante al de la fotografía; dichas mejoras escandalizaron a ciertas teatinas sin Dios que quedaron para vestir santos, que suben a la ermita cuando las Calendas Griegas y desconocen o ignoran el pasado. No es este el caso de los mayordomos de la ermita: D. Juan García y D. José Gato, guardianes de su ornato y decoro, los cuales, como Nuestro Señor, soportan con paciencia las injurias y salivazos, haciéndose merecedores de todas los perdones e indulgencias que la intercesión de S. Guillermo les alcanza delante de la divina magestad del Señor de los Mundos. G. (Foto Gentileza Oscar
Nieto)
Casa de d. Claudio Marquiegui año 1933. Con balcones y trazas idénticas a los del consistorio. Pertenece a la familia de los Berris; oriundos de Berriz provincia de Vizcaya de dónde tomaron el apodo gentílico. (Foto: Siro Sanz García)