El profesor del Bíblico d. Alfonso Vives Cuesta presentò
al ponente d. Luis Fajardo en
una breve introducción. Destacaba en
él su amor al estudio de la Biblia y
sus esfuerzos por tender puentes para conseguir la unión entre católicos y protestantes; separados por siglos de
incomprensión, anatemas y violencia indiscriminada entre unos y otros. Sobre todo violencia y rapiña de los otros en el Norte de Europa donde la Iglesia Católica fue perseguida con saña hasta erradicarla en los paises de Escandinavia, e Islandia. Despejado ya del horizonte el ominoso olor de las hogueras a las que se llevó a católicos que no apostaron, conmemoran
los protestantes de España y Europa los
500 años del inicio de la Reforma en
1517, cuando según algunos, el monje agustino Martín
Lutero clavó sus tesis en las puertas de la iglesia de Wittenberg. Nadie puede negar a Martín Lutero la sana intención de purificar la forma de entender la religión en los países centroeuropeos de su tiempo.
Lutero trabajará incansablemente para restablecer lo más genuino del cristianismo y regresar a las raíces primitivas del mismo. La Reforma y sus presupuestos doctrinales con los cuales los católicos ni por asomo podemos estar de acuerdo: Solo Dios; Solo Cristo; Sola fe; Sola Gracia; Sola Escritura; rechazo a la obediencia a la sede de San Pedro en Roma; rechazo al Magisterio de la Iglesia y sus Concilios; rechazo a la mediación de los sacerdotes, cambiarán para siempre la faz de Europa en los aspectos: político, cultural e incluso económico.
Lejos de aquellas imágenes de Lutero difundidas por el Nacional Catolicismo, cuando de niños aprendíamos y veíamos en las enciclopedias a un Lutero moribundo y arrepentido solicitar en la suprema y terrible hora un sacerdote católico, d. Luis Fajardo supo trasmitir la gran talla intelectual de Martín Lutero como teólogo, político y estudioso de la Biblia. La traducción de la Biblia a la lengua vernácula impulsada por Lutero y difundida a gran escala por el invento de la imprenta es un monumento a la cultura y lengua de Alemania.
No se olvidó el ponente de la esposa de Lutero, Catalina de Bora, monja exclaustrada, destacando en ella las cualidades de consejera, mujer entregada a un gran hombre al que aportó toda su vida, descendencia y gran sentido común en sus intereses particulares mundanos que eran muchos. Tanto don Luis como su esposa doña Margarita residen en Valladolid, ciudad junto con Sevilla sin las cuales no se puede entender la Reforma en España, pais que nunca la aceptó y defendería contra viento y marea la ortodoxia mantenida en nuestra patria desde los primeros siglos de la era cristiana. Ambos son buscadores infatiglables y amigos de la verdad, personas muy cercanas al corazón del Instituto Bíblico y a la Montaña Oriental Leonesa, donde siempre son recibidos con fraternal afecto y brazos abiertos pues, nos llenan de esperanza por la generosidad y esfuerzos que realizan en cuanto a la unión de los cristianos y además, con su ejemplo nos recuerdan a la mayoría de los católicos lo olvidada que tenemos la Biblia.
Lutero trabajará incansablemente para restablecer lo más genuino del cristianismo y regresar a las raíces primitivas del mismo. La Reforma y sus presupuestos doctrinales con los cuales los católicos ni por asomo podemos estar de acuerdo: Solo Dios; Solo Cristo; Sola fe; Sola Gracia; Sola Escritura; rechazo a la obediencia a la sede de San Pedro en Roma; rechazo al Magisterio de la Iglesia y sus Concilios; rechazo a la mediación de los sacerdotes, cambiarán para siempre la faz de Europa en los aspectos: político, cultural e incluso económico.
Lejos de aquellas imágenes de Lutero difundidas por el Nacional Catolicismo, cuando de niños aprendíamos y veíamos en las enciclopedias a un Lutero moribundo y arrepentido solicitar en la suprema y terrible hora un sacerdote católico, d. Luis Fajardo supo trasmitir la gran talla intelectual de Martín Lutero como teólogo, político y estudioso de la Biblia. La traducción de la Biblia a la lengua vernácula impulsada por Lutero y difundida a gran escala por el invento de la imprenta es un monumento a la cultura y lengua de Alemania.
No se olvidó el ponente de la esposa de Lutero, Catalina de Bora, monja exclaustrada, destacando en ella las cualidades de consejera, mujer entregada a un gran hombre al que aportó toda su vida, descendencia y gran sentido común en sus intereses particulares mundanos que eran muchos. Tanto don Luis como su esposa doña Margarita residen en Valladolid, ciudad junto con Sevilla sin las cuales no se puede entender la Reforma en España, pais que nunca la aceptó y defendería contra viento y marea la ortodoxia mantenida en nuestra patria desde los primeros siglos de la era cristiana. Ambos son buscadores infatiglables y amigos de la verdad, personas muy cercanas al corazón del Instituto Bíblico y a la Montaña Oriental Leonesa, donde siempre son recibidos con fraternal afecto y brazos abiertos pues, nos llenan de esperanza por la generosidad y esfuerzos que realizan en cuanto a la unión de los cristianos y además, con su ejemplo nos recuerdan a la mayoría de los católicos lo olvidada que tenemos la Biblia.