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domingo, 11 de agosto de 2013

PRESENTACIÓN DE LA RUTA VADINIENSE CAMINO DE SANTIAGO EN POTES, CENTRO DE ESTUDIOS LEBANIEGOS. Siro Sanz García

LA VOCACIÓN JACOBEA DE LIÉBANA Y LA MONTAÑA DE RIAÑO.

El día 10 de agosto, cuando "la aurora de dorados dedos" rozaba las cumbres de Peñacorada, partía de Cistierna en dirección a Liébana una comitiva de simpatizantes y cargos de la Asociación Ruta Vadiniense. Se devolvía la visita a Doña Pilar Bahamonde, Presidenta del Centro de Estudios Lebaniegos radicado en Potes, la cual el domingo anterior había impartido una memorable conferencia sobre los Beatos y su elaboración en el Museo del Ferrocarril de la villa. En Potes fueron recibidos por la Concejala de Cultura y el comisario de los caminos. Después de la visita guiada magistralmente por Doña Pilar al centro de interpretación sobre los Beatos ubicada en la Torre del Infantado  tuvo lugar la conferencia que tenía como emblema "LA RUTA VADINIENSE; POR LA CANTABRIA HISTÓRICA HACIA SANTIAGO DE GALICIA". Se resaltaba en la misma la densa historia concentrada en los apenas 22 kilómetros comprendidos entre el monasterio de Santo Toribio y el paso de Remoña hacia la Cantabria leonesa. Por una calzada documentada ya en el año 972 se recorren las tierras de Valdebaró en otro tiempo patrimonio real de los primeros reyes astur- leoneses. Se pasa por las tierras de Pelayo, que aquí iniciaría la gesta de la reconquista, evocadas en Cosgaya (la segunda Covadonga), Brez, el río Belondio, Tanarrio y el paso salvador por el  Collado de Cámara a las tierras altas de Aliva, la Mensa Pelagii (mesa de Pelayo- Picos de Europa) de la Edad Media. Unas tierras que el conferenciante definía como el solar originario de la nación española.
Se resaltó sobre todo el carácter jacobeo de Potes y la ruta que de la villa montañesa partía hacia la Montaña de Riaño y también la necesidad de aunar esfuerzos a un lado y otro de la cordillera para que esta ruta sea capaz de vertebrar el turismo de la Montaña Oriental Leonesa. El Centro de Estudios Lebaniegos por su parte ya ha comenzado la señalización del tramo comprendido entre Potes y Remoña y está en proyecto la panelización del mismo. En este día de convivencia unos y otros compartieron experiencias y conocimientos, concienciados en la necesidad de implementar y ponderar una ruta de gran trascendencia histórica y económica para Liébana y la Montaña de Riaño.

 Mienbros de la Asociación Ruta Vadiniense de Cistierna a punto de entrar en la Torre del Infantado, centro de interpretación del los Beatos. (Foto: Siro Sanz)

 Desde la Torre del Infantado vista del barrio situado en la margen derecha del Río Quiviesa, un ejemplo patente de como los pueblos que miman el urbanismo con raíces históricas y tradicionales se convierten en  foco de atracción para el turismo moderno. (Foto: Siro Sanz)

 Desde la Torre del Infantado vista del Valdebaró, por el valle hacia el Noroeste discurre la Ruta Vadiniense a su paso por Liébana. Al fondo el macizo oriental de Picos de Europa y en el centro el Collado de Cámara por donde previsiblemente Pelayo, pasó hacia Aliva perseguido por los musulmanes. (Foto: Siro Sanz)

Puerta de Santo Toribio de Liébana desde aquí los peregrinos que venían a venerar la reliquia de la Cruz de Cristo, continuaban hacia Galicia trasponiendo los puertos que separan Liébana de la Cantabria leonesa. (Foto: Siro Sanz)

martes, 6 de agosto de 2013

BEATO DE LIEBANA: LA APORTACIÓN CULTURAL MONTAÑESA AL CRISTIANISMO OCCIDENTAL

JOSÉ Mª CAMPOS | CISTIERNA 06/08/2013
LA ASOCIACIÓN RUTA VADINIENSE EXPONE LIBROS SOBRE LOS BEATOS

La asociación ruta vadiniense Picos de Europa Camino de Santiago continúa con sus actividades de la semana cultural. En esta ocasión se ofreció una charla en el museo del ferroviario de Cistierna sobre los beatos medievales y el Beato de Escalada impartida por Pilar Gómez, directora del centro de estudios Lebaniegos.
La charla consistió en un taller en que los participantes pudieron ver varios facsímiles, concretamente tres Beatos. «Ha sido una charla al estilo del Medievo. Para acercarse más a un códice hay que verlo. Donde están borradas las caras del anticristo cuando no podían soportar ese daño. Se ha tratado de que la gente viva los texto como lo vivieron los monjes de la edad medieval», según Gómez.
Primero se explicó quien fue el Beato de Liébana para entender el fenómeno de los beatos y porqué se generó el fenómeno de los beatos. Se trataron conceptos de codicologías y paleografía. Se trajeron plumas de aves y nueces de gallarotas para ver de donde partía la tinta. «Era un momento en el que papel aún no exista».
Los actos continuarán el 7 de agosto a las 9 de la mañana con una ruta a San Pedro de S Pedro de Foncollada y al Hoyón de Yugueros y el día 10 un viaje a Potes.

viernes, 2 de agosto de 2013

MOLINOS DE LA MONTAÑA ORIENTAL LEONESA

MOLINO DE SOLORES O DE SANDALIO
( Del libro: Origen y Misterio de los nombres de agua en el Concejo de Cistierna. Siro Sanz)

La documentación más antigua de este molino nos lleva la siglo XVII (1670), cuando Don Francisco de Riero cura de Cistierna, comisario de la Santa Inquisición en la villa, funda el mayorazgo de los Reyero. Entre otros bienes afectos al vínculo y mayorazgo de estos hidalgos montañeses estaban los molinos llamados de Solores, nótese que habla de molinos en plural. En el mes de julio de 1720 se nombran los molinos de Solores en un pleito sobre propiedad y derechos de molienda entre el heredero del mayorazgo Francisco Fernández de Riero y de la otra parte los herederos de Catalina Diez y en su nombre , Juan Alonso con su mujer Antonia Diez Canseco. Estos defendían el derecho a moler tres días con sus noches en los molinos pertenecientes al mayorazgo. El molino molía todo el año pues se reclaman tres días y tres noches, durante los doce meses. También se comprometían a picar las tres muelas cuando fuese necesario con herramientas suministradas por el propietario (ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL DE LEÓN).
En 1751, en el catastro del Marqués de Ensenada, en la pregunta 17 referida a la existencia de batanes, molinos harineros  o de papel, minas, salinas, los representantes del concejo de Cistierna responden: “Que existe en la villa un molino harinero de tres ruedas que muele con agua del río caudal perteneciente a Don Agustín Fernández de Reyero al que regulan de utilidad anual ocho cargas de pan mediado de trigo y centeno” (Respuestas de la Villa de Cistierna. ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL DE LEÓN). En 1845, el Diccionario de Madoz, consigna en la villa de Cistierna: “Dos molinos harineros, otro de aceite de linaza, un batán y varios telares de lienzos caseros”. Estos dos molinos de Solores nombrados entre la pequeña industria artesana de la villa no son otros que los de Solores ubicados en el gran pago que va de presa a presa es decir el de Cistierna y el Molino del Ribero en Sorriba. La propiedad de Solores dentro de la hidalga familia de los Reyero, se mantuvo hasta bien entrado el siglo XIX cuando lo conocemos en poder de sus propietarios actuales, los herederos de Don Sandalio Rodríguez Colmenares; en el presente algunos lo nombran como Molino de Sandalio. Situado junto al Camino Real, Solores fue también un conocido mesón donde pernoctaban muchos arrieros que trajinaban desde las montañas de Valdeburón a Campos. El Camino Real atravesaba el puente de Mercadillo ( en el siglo XIV se le denomina carrera vieja de Mercatello), pasaba junto al Molino del Ribero y desde Solores se dirigía a Cistierna. Aún es reconocible cuando pasa junto al polideportivo. Después ha sido invadido por las construcciones de la villa para volver a salir a los lavaderos y discurrir junta a la finca de Albano hasta que, después de atravesar el Puente de los Franceses sale a la carretera de Sahagún a las Arriondas. Solores en 1908 sin abandonar las tareas de molienda se reconvierte como otros muchos molinos harineros en fábrica de Luz, con el nombre de Eléctrica de Solores. La fabrica fue contratada a la casa Suiza OeriKon y se instaló en las dependencias de lo que antes había ocupado el batán. Administrada por una sociedad de cinco personas, pasó a serlo únicamente por Doña Florinda Colmenares y después por su hijo Sandalio. Éste, industrioso e inteligente como pocos, ampliará la red desde Cistierna hasta el valle del Cea. En 1952 León Industrial, se quedó con las líneas.

Triste destino el de este antiguo molino y fábrica de luz. En la segunda mitad del siglo XX decaerá hasta convertirse en una sombra de lo que fue en el pasado. Aunque declarado bien de interés cultural, la desidia y el olvido han conseguido que sea declarado bien en ruina total. De 10 años a esta parte el desplome del tejado está acelerando el desmoronamiento de las paredes divisorias interiores  y la ruina del piso inferior. El derrumbe de estos elementos constructivos es evidente al haber caído vigas de la techumbre y sollado sobre la sala de molienda que se ha precipitado al cárcavo. Solores es uno de los edificios más venerables de Cistierna, asistimos a su destrucción con una indeferencia que nos deshonra. Impresiona la longitud de la presa de cal y canto, muy antigua, que detiene y represa las aguas del Esla para conducirlas al cárcavo. El canal de desagüe a partir del cárcavo es de gran anchura y profundidad, en su base construida de grandes cantos rodados, la superior de mampostería, sobre la que apoya un hermoso pretil. Nombre antiguo es de este singular molino. En concreto prerromano y emparentado con Salia, (Sella). Soloria se llamaba en tiempo de Roma a Sierra Nevada, a la que los árabes conocieron como Yibal-Solairat (DIEGO HURTADO DE MENDOZA. Historia de la guerra de Granada). Existe un Solares en Cantabria, célebre por sus aguas y es pariente de Solores. Hay un pueblo en el río Saja llamado Selores; Solores en Ortiegueira (La Coruña); Selorio en la ría de Villaviciosa y Valdesolores en Modino (Cistierna). Posiblemente el molino tomó el nombre del lugar y su entorno, denominado así en el tiempo que no se hablaba latín.
 Molino de Solores en Cistierna en ruina inminente si nadie hace algo por su restauración. (Foto: Carlos Ferreras García)

Cárcavo del molino de Solores. En la base derecha del arco vemos el rodezno a merced de las aguas. (Foto: Carlos Ferreras García)