Las incógnitas que presenta el pueblo Vadiniense antiguos pobladores de la Montaña Oriental Leonesa durante los siglos I-IV son muchas y variadas. Entre ellas: por qué solo Ptlomeo los nombra; por qué el único testimonio que nos han dejado son sus lápidas funerarias. Por qué solo encontramos esos monumentos funerarios a un lado y otro de la cordillera con un vacio intermedio; por qué mezclan nombres indígenas con nombres latinos; por qué la mayoría de ellos mueren en la juventud. Realmente tuvieron una capital como afirman algunos. De estas y otras cuestiones referidas a nuestros remotos antepasados se tratará el próximo día 18 en Cistierna.
Lápida de Dovidero (Robledo de la Guzpeña. Macizo de Peñacorada). Dedicada a Dovidero hijo de Ampáramo príncipe de los cántabros. (Foto: Siro Sanz García)
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