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domingo, 6 de abril de 2014

6º CONFERENCIA DEL CICLO LOS ORÍGENES DE LA NACIÓN ESPAÑOLA. DE LOS CÁNTABROS A PELAYO. Vadinia: La última hipótesis. Eutimio Martino-Siro Sanz. 4 de abril-2014. RESUMEN



La distribución espacial del la tribu Vadiniense viene determinada por  los hallazgos de las lápidas funerarias pertenecientes a este pueblo, pero, nos podemos preguntar: ¿el espacio donde aparecen las lápidas, son las tierras ancestrales de este pueblo? Parece un poco absurdo firmar con el gentilicio Vadiniense muchas de ellas.
Si pensamos que ellos habitaban su propio territorio, no era necesario afirmar una y otra vez su pertenencia a la tribu Vadiniense. 
Hasta ahora se explicaba con dos teorías muy cuestionables, la del nomadismo y una expansión demográfica, la distribución de la tribu a un lado y otro de la cordillera: al Norte de la Cantábrica Ponga, Güeña, Cangas y Corao; al Sur, cuenca alta del Esla-Cea-Porma, llegando un poco más abajo de Cistierna.

Los conferenciantes sin embargo se preguntan por la ausencia de lápidas en Valdeón y Sajambre, donde hasta el momento no ha aparecido ni siquiera un testimonio funerario perteneciente a este pueblo y, también por la supuesta ausencia de castros en esa zona; aunque la Corona de Sajambre y la Peña el Castiello en Valdeón muestran claros indicios castreños. Para ellos queda bien claro que las lápidas no deben buscarse en los castros, aparecen donde deben aparecer, en las poblaciones de fondo de valle, siendo los primeros vestigios de urbanización y del proceso de romanización de muchos de los núcleos montañeses, lo que nos aleja de la teoría del nomadismo. La lápida de Pedrosa del Rey que nombra a un vicani (aldeano) en su vicus (aldea) es suficiente prueba del proceso romanizador impuesto por los conquistadores. Roma fija a las poblaciones para controlarlas militarmente e imponer sobre ellas los tributos del imperio.  Los clanes vadinienses fueron desplazados de las crestas de la cordillera entre el año 19 a.C y principios del siglo I. Es éste un hecho fielmente constatado por los autores clásicos (Floro-Dión Casio) que escribieron sobre aquella cruenta guerra, solo después del conflicto con Roma adquiere notoriedad Vadinia; antes de Tolomeo (s. II), ni Plinio ni Mela nombran a Vadinia. Los dos núcleos del Sella y alto Esla desde Cistierna hacía el Norte, se relacionan con el escenario de dos principales campañas de los romanos contra los cántabros: la de Bérgida y la del Monte Vindio; ambas conectadas en el relato histórico, tanto en lo temporal como en lo físico. La guerra montañera contra Roma 29-19 a.C, nos induce a pensar que dichas lápidas ocupan un lugar determinado como consecuencia de la actuación de los vadinienses contra los romanos y de las medidas que éstos tomaron contra ellos, que no fue otra que la deportación de sus tierras ancestrales, por haberse destacado en el conflicto. Debido a claros indicios en la toponimia y por la ausencia de monumentos funerarios en Sajambre y Valdeón se puede afirmar, que en esos valles se encuentra el origen de tan misterioso pueblo. 

Lápida de Cornelio Nepos, ciudadano vadiniense, procurador u hombre principal de sus convecinos, aparecida en Pedrosa del Rey (León). (Foto: Siro Sanz. Museo de Riaño)


 Monumento funerario de Dovidero príncipe de los cántabros, Robledo de la Guzpeña. (Foto: Siro Sanz. Museo de León)


Monumento funerario de Cangilo Virono. Villapadierna. Esta lápida nos muestra la importancia del avunculado (tío materno) entre los vadinienses. (Foto: Siro Sanz. Museo de León)

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