Indagar sobre el origen
del cristianismo en el solar de los antiguos astures y cántabros viene justificado por la propia labor que
interesa y realiza el Instituto Bíblico y Oriental en la Montaña de Riaño.
Desde hace años el IBO, indaga, investiga, araña el pasado y las lenguas
antiguas para hacernos ver que somos un eslabón más de una cadena de trasmisión
que nos lleva al Oriente Mesopotámico.
Ese fecundo pasado cultural y espiritual está resumido en la
Biblia. Por lo tanto indagar en el origen de la Iglesia de León-Astorga es conocer un poco como ha sido esa trasmisión
hasta hoy día, de dónde vienen nuestras creencias y como se establecieron en el
solar de la Gallaecia Romana. Equivocadamente
se pensaba que cántabros y astures aún
eran paganos en el siglo IV y V, basan este presupuesto en la lápida dedicada
al dios Erudino, monumento hallado en lo alto del monte Dobra, en las cercanías
de Torrelavega. Investigadores celtíberos la dataron entre los siglo IV-V.
Estudiada años más tarde por un
especialista inglés concluyo que la lectura era incorrecta y había que retrasar
la data al siglo II. Una de las primeras noticias
históricas, auténtica y contrastada sobre la existencia de cristianos en León es la carta sinodal de S. Cipriano de
Cartago, dirigida en el año 254 “al presbítero Félix” y a las personas
que residen en ad Legionem et Asturicae,
esto es junto a León y Astorga y al diácono Elio y la comunidad de
Mérida. Por dicha carta sabemos que Basílides obispo de León y Astorga y Marcial obispo de Mérida habían
apostatado durante la persecución de Decio en el año 250 por lo que fueron declarados libeláticos, siendo apartados
por sus respectivas comunidades por considerarlos indignos. La disputa parece un claro antecedente, un anuncio de lo que será
la doctrina donatista a principios del siglo IV (311), según la cual, solo los
sacerdotes dignos pueden consagrar, los sacerdotes que no habían apostatado. Basílides viajó a Roma para recurrir
ante el Papa Esteban I (254.257) y consiguió que el Papa lo repusiese en su sede, lo mismo hizo Marcial
de Mérida. Ante esta situación las comunidades León –Astorga y Mérida se
dirigieron al Norte de África, a
Cartago sede dirigida por S. Cipriano. La respuesta de San Cipriano, tras
reunirse y debatir la cuestión en un sínodo de 36 obispos, es que las
comunidades de León-Astorga y Mérida no admitiesen a los obispos libeláticos
Basilides y Marcial, pues habían sido depuestos legalmente. La carta de S.
Cipriano de Cartago es la primera noticia, la primera información histórica
sobre los pasos iniciales del cristianismo en el Noroeste Hispano. Y plantea
también interrogantes como la existencia de una diócesis dúplice compuesta por
León-Astorga, tema investigado desde el siglo XVIII por autores como el P.
Florez. La cuestión del lugar se resolvió con el descubrimiento hace unos años de
la cannaba: Ad Legionem, una comunidad extramuros del campamento romano
a la altura de Puente Castro, compuesta por la población civil que vivía y se
relacionaba con los militares. Es claro que el origen del cristianismo leonés
es militar, actuando algunos legionarios como apóstoles de la nueva religión. El núcleo vadiniense de Crémenes con algunas lápidas militares y la calzada del Esla o Vía Saliámica nos sugiere el mismo origen y tiempo para la conversión de los clanes vadinienses a la nueva fe.
Muestra de la pujanza del cristianismo en León es la basílica de Marialba de la
Ribera, un palimpsesto ya leído por los alemanes Hauschild y Schlunk en 1967, releído
absurdamente otra vez en 2005 por celtíberos que no aportaron nada interesante,
sobre todo, si tenemos en cuenta que la excavación alemana ya había resuelto todo lo relacionado con
edificio tan notable. La basílica de Marialba situada a unos siete kilómetros
de León y próxima a los restos arqueológicos de Ad Legionem, explica la génesis, el origen y procedencia
del cristianismo en el Noroeste Hispano. Cuando se llega al pueblo de Marialba
de la Ribera, ni un cartel o señal nos
puede guiar hasta su ubicación, ya en el lugar las ruinas monumentales aguantan
con dignidad de siglos el abandono por
parte de las autoridades que tienen potestad en la materia y el olvido absoluto
de aquellos que por profesar la religión cristiana deberían verse impelidos a
conservar y presentar adecuadamente esta reliquia del pasado cristiano. Un
edifico en el cual seguramente antes de partir para Tierra Santa en el Oriente,
oraron personajes tan interesantes como la monja Egeria y Toribio de Astorga.
A la izquierda plano de la excavación alemana en 1967, a la derecha la excavación celtíbera de 2005. La excavación alemana resolvía con menos medios todo lo relacionado con edificio tan notable. (Fotos: universo digital)
Abside de la basílica paleocristiana de Marialba de la Ribera. Ruinas monumentales que aguantan
con dignidad de siglos el abandono por
parte de las autoridades que tienen potestad en la materia y el olvido absoluto
de aquellos que por profesar la religión cristiana deberían verse impelidos a
conservar y presentar adecuadamente esta reliquia del pasado cristiano. Un
edifico en el cual seguramente antes de partir para Tierra Santa en el Oriente,
oraron personajes tan interesantes como la monja Egeria y Toribio de Astorga. (Foto: Siro Sanz)
Qué impotente se siente el ciudadano ante tal indolencia...
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