Penacorada más que montaña es un macizo de unos 8 kilómetros de largo por tres
de ancho, compuesto y articulado mediante tres picos sobresalientes que se
suceden desde Cistierna hasta la Mata
de Monteagudo. El primero preside la villa de Cistierna con una altura de 1276 m , el siguiente se eleva sobre Valle
Diez ó Agua Deu en Valmartino, 1589 m .
Ya en los concejos de Prado de la Guzpeña y Valderrueda, el último pico 1832 m , que se yergue airoso sobre el
valle del Tuejar y desde el cual se vislumbra el valle del Cea en su discurrir
hacia las tierras llanas.
Visible desde Campos y los alcores de León, esta sierra es
el portón de la Montaña
Oriental , el gozne que une por el Sur las cuencas altas del
Cea y Esla. Peña mojonera de la nación Cántabra por el Suroeste y entrada al
país de Vadinia, así lo confirma el hallazgo en la Iglesia de Robledo de la Guzpeña de una lápida perteneciente
a Dovidero hijo de Amparamo, príncipe de los cántabros.
Su nombre tiene solera de milenios, se
documenta en la alta y plena Edad Media como Corabita y Corabda
pasando a Cornada, Coralda y Coronada,
estas últimas, corrupción de las dos originales y primeras, tan utilizadas
erróneamente por la etimología popular que relaciona Coronada, con montaña
coronada de nieve.
Corabita- Corabda
son un compuesto prerromano de dos radicales de agua: Cor-Cora y Bed.
Existe Peña Cora en el valle de
Sajambre; también en Cistierna los naturales la nombran como Peña Cora. No es
extraño que los Celtas la bautizasen con semejante nombre, la abundancia de
notables fuentes en todo su contorno es bien conocida en la comarca algunas de
las más importantes son: la Jagariz ,
la del Serres, la Vagüa y
la Mata en Cistierna; la Fuente las Ventanas y la Vilortera en Valmartino; la fuente
del Moro en Lomas, la Fuente
Hervencia en Robledo y la del Coro en Fuentes de Peñacorada.
Las noticias de Peñacorada en la
documentación del poderoso monasterio de Sahagún, es frecuente a partir del
siglo X, en ellas se atestigua la presencia de molinos e Iglesias en el Valle
del Tuejar (subtus corabita) debajo de Cora-bita. El caserío y
arroyo de la Bita
se conservan aún en la cara sur de la peña. El anónimo de Sahagún la
cita en plena Edad Media cuando describe la entrada en el reino de León de
Alfonso de Aragón en guerra con su mujer la reina Doña Urraca, hija del gran
rey Don Alfonso VI (año 1117) y la nombra como Peña Cornadas: “Los
caballeros Aragoneses tomaron toda la tierra e región que es enclusa desde el
monte Auca (Montes de Oca)
fasta el río Estula, e desde el altura del monte Perineo, llamado Peña
cornadas, fasta la ciudad de Zamora”, (Romualdo de Escalona,1782
Madrid).
Un documento de donación emitido
en Villafranca (año 1182) por Fernando
II (Santiago.Tumbo A, ff,ç. 54v.55r.) cita de nuevo a Penna Corabda
y algunos topónimos ya identificados por Ricardo Martinez Ortega: “lacum”
La Laguna en
Campo el Arca, “civitatem” Campo Ciudad (donde últimamente hemos descubierto gran castro) y “val del aqua” Valdelagua.
En el mismo documento aparecen otros
interesantes topónimos no identificados, que un servidor se atrevió a
investigar y son los siguientes: “Cernales” en las cercanías de la
estación de Valle las Casas donde aparecieron tumbas medievales al agrandar la
carretera, “Canlongum” que identificamos con Callongo en el
robledal de Valle, “Penouta” o peña alta el pico más alto de
Peñacorada, “Palazolo” es el Palazuelo por encima de Quintana de la Peña , “Penellas” es el Piniellas
junto al reguero de San Miguel sobre el
caserío de la Bita , “Belortoriam
et Belortoira” el arroyo de Valle Diez se llama de la Vilortera y existe también Fuente
de la Vilortera ,
“Ual de Uineis” el arroyo de Diez o de la Vilortera en Sorriba recibe el
nombre de Val de Viñas, “Couan de Cato” seguramente
se ha conservado en Peña del Gato,“Colada de Leyro” no puede ser
otra que la Collada
de Lero sobre Ambosa en Valmartino, que da paso a Campo el Arca.
La permanencia de los nombres
después de casi mil años en Peñacorada nos habla de una trasmisión generacional
continua, si además tenemos en cuenta la raíz prerromana de muchos de ellos la
famosa despoblación de la alta Edad Media sería más que cuestionable al menos
en nuestra comarca. En el siglo XIV el Libro de la Montería de Alfonso XI la nombra Peñacoralda
cuando cita las cacerías de osos y puercos en la Mata de Monteagudo, Robledo de la Guzpeña , San Martín de Valdetuejar,
San Guillermo y los Torales de la Llama
de la Guzpeña.
En 1669 en un pleito que trató sobre las
multas excesivas del ganado prendado por
Yugueros a Cistierna, el escribano de turno escribe “Cistierna en el partido
de Peñacerrada alfoz de Aguilar” (Real ejecutoria. Archivo de la
casa de Concejo en Yugueros), en este caso el escribano corrije por lo culto un
Peñacorada que no entiende, ya fijado en ese tiempo, a un Peñacerrada más
comprensible para un escribano de Valladolid. Peñacorada era zona de pasto para
los ganados trashumantes los pleitos de algunos sacerdotes de Cistierna en el
siglo XVII, con pastores de Sorriba acerca de los diezmos debidos así lo
prueban.
Podríamos dar muchísimas más
noticias de este macizo, sólo reseñar las abundantes leyendas de tesoros
escondidos en las concavidades de la peña, los castros que en ella se entrañan,
el monasterio de San Guillermo, Santuario de la Virgen de la Velilla y los castillones que la
rodean, otorgan a todo el ámbito de Peñacorada una importancia singular.
Importancia que Don
Casiano de Prado (1797-1866) debió de intuir
a mediados del siglo XIX, cuando trabajaba como geólogo para la naciente
siderurgia de Sabero. En 1845 guiado por pastores de la zona subirá a las
crestas del macizo. Nos dice Casiano de Prado “En 1845 comencé en las
montañas de León y Palencia una serie de viajes e investigaciones, aunque
interrumpidas algún año, que no han concluido todavía. Desde lo alto de Peñacorada,
la más meridional de ellas hacia la parte del Esla, he visto por primera vez
aquellos picos que me señalaban los pastores (Picos de Europa), y entré desde
luego en deseos de subir a sus cimas”. Años más tarde Casiano de Prado
ascendería a la Torre de
Salinas (2466m) en 1853 y en 1856 al Llambrión (2642) (ASCENSIÓN A LOS PICOS DE
EUROPA EN LA CORDILLERA
CANTÁBRICA. Casiano de Prado. En la revista minera, Tomo XI,
1860, Págs 62-72 y 92-101).
Desde la magnífica
atalaya de Peñacorada se inicia por primera vez el estudio científico de los
Picos de Europa una región que como toda la Montaña Oriental a mediados
del siglo XIX era prácticamente desconocida e inexplorada. De Prado fue el
pionero al que seguirían otros como el Conde de Saint-Saud, Paul Labrouche,
Francois Bernart Salles y Juan Suarez Caldevilla. La villa de Cistierna el
próximo verano homenajeará a Casiano de Prado con una placa que se ubicara en
el alto de Peñacorada, semejante a otras dos que ya existen en Torre Cerredo y
el Llambrión, una placa que afirme la memoria de la primera ascensión
documentada a Peñacorada hace164 años.
Los límites del
Parque Regional llegan hasta Crémenes, debían de haberse extendido 5 kilómetros más al sur,
abarcando toda la Comarca
Natural de Montaña entre Picos de Europa y Peñacorada. Las
áreas comprendidas en los municipios de Sabero, Cistierna, La Ercina , Prado de la Guzpeña y Valderrueda cumplen los
requisitos y poseen los valores naturales que impulsaron la creación del parque
actual, que se encuentra como mutilado sin la inclusión de estos municipios. La
riqueza en flora y fauna es muy grande contando con especies emblemáticas como
el oso pardo, nutria, rebeco, alimoche, pico mediano, ellas no conocen de
límites administrativos.
Así es que observamos por estos pagos la
proliferación de canteras, minicentrales y líneas eléctricas por no hablar del
despojo al que nos pretende someter R.E.E con
LA LINEA DE
ALTA TENSIÓN SAMA-VELILLA. Pensamos que Peñacorada y sus valles laterales
merecen un mejor trato que no sea el de convertirse en basurero para
infraestructuras no deseadas en el
parque. Son la ignorancia y falta de estudio lo que somete a Peñacorada y sus
hayedos a una lenta degradación que solo será detenida por la toma de
conciencia de los pocos habitantes que aquí resisten y que miran hacia esta
peña tótem de la comarca. Mientras las generaciones pasan, impasible al maltrato
y a la incuria de las administraciones, Peñacorada permanece eterna, vigilante,
otea en la lejanía más allá de Sahagún, a una Castilla que vuelve a ser
“dominadora”, señora que rige los destinos y vida de la
Montaña Oriental Leonesa con los resultados
que todos conocemos.
Bibliografía:
SIRO SANZ. Origen y misterio de los nombres de agua en el
concejo de Cistierna.
MARTINO EUTIMIO. En torno a los Picos de Europa. Nombres de
agua. Nombres de lugar. Tomos I y II
Cara sur del macizo de Peñacorada, la más documentada durante la Edad Media. (Foto Siro Sanz)
Caserio de Cistierna bajo el pico que preside la villa. (Foto Siro Sanz)
Ruinas de la Abadia de San Guillermo de Peñacorada (Foto Siro Sanz)
Cistierna al pie de Peñacorada desde San Vicente de Yera en Yugueros. (Foto Siro Sanz)
Pero la lápida de Dovidero (Princeps Cantabrorum) no apareció en Valmartino?
ResponderEliminarFantástico artículo.
ResponderEliminarMuchas gracias por su elogio. Respecto al monumento funerario de Dovidero, el P. Martino y un servidor llevamos casi 10 años intentando que se solucione ese error admitido por todos, pero un error de ubicación. Esa lápida apareció en el atrio de la iglesia de San Pelayo de Robledo de la Guzpeña.
ResponderEliminarMuy buen artículo. Enhorabuena por la labor de recuerdo histórico¡¡¡¡
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