La Crónica de Alfonso III, en su versión Rotense narra lo siguiente. "Acabado el reino de los Godos y tomada su capital Toledo, los árabes pusieron gobernadores en las provincias conquistadas que rindieron sus tributos al invasor, alzaron a Córdoba como capital de los recién llegados. Munuza compañero de Tarik era el prefecto en León en la región de los asturienses. Un cierto Pelayo, espatario del rey Rodrigo, agobiado por la dominación de los hijos de Ismael, entró en Asturias con su hermana. Munuza envió a Pelayo a Córdoba con una embajada y antes de su regreso, tomó a su hermana en matrimonio con engaños. Pelayo al regresar no consintió la afrenta y se alzó en rebelión siguiendo un plan preconcebido para la salvación de la iglesia. Entonces Tarik envío soldados a Munuza para que redujesen a Pelayo y lo enviasen encadenado a Córdoba".
En la conferencia se desgranará poco a poco el significado de términos y nombres, se explicará que la Asturias altomedieval poco tiene que ver con la provincia delimitada en el siglo XIX.
Pelayo, un caudillo indígena, iniciará la huida desde el núcleo seguro y primigenio de Liébana, las Asturias de Santillana, hasta el extremo occidental de los Picos de Europa, el mismo marco de la guerra de los cántabros contra Roma; Covadonga donde todo comenzó.
Pelagius, rex cantabrorum et asturorum.
Desde el Collado de Camára, entrada de Liébana a Áliva. Por la izquierda y en alto vemos el camino de Brez de donde salió huyendo de los árabes Pelayo. Abajo en primer término Tanarrio, en la cuenca del río Belondio. Al fondo, Potes. (Foto: E. Martino)
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