Muchos cisterniegos conocen a Richar, autor de este singular libro, al menos los que pasan de cincuenta, un hijo de la villa de Cistierna,
que como tantos buscó la forma de ganarse la vida lejos de su pueblo. En
Cistierna, inicia sus primeros pasos profesionales, chico para todo en alguno
de los comercios de coloniales, después llegará a ser visitador médico profesión de la cual
recientemente se ha jubilado, lo que le ha permitido sentarse tranquilamente a
escribir esta obra. El prodigio de su memoria no sólo aporta innumerables datos para la
historia de su libro, a un servidor le ha descubierto vivencias y recuerdos de su propia infancia ya
muy remota y olvidada.
Ricardo, durante los días en que preparaba la
presentación, repetía una y otra vez que el no era escritor, yo le argumentaba que en algunos países del área anglosajona con la sola
publicación de un libro, ya se tiene la condición de escritor. Sin embargo, no opinan lo
mismo los celtíberos, que te consideran un novel aunque publiques cien obras.
El libro de Ricardo está bien
escrito, claro y conciso a la hora de rescatar la pequeña historia del teatro
en Cistierna. En su obra se
desgranan tal cantidad de recuerdos, que se convierte en un referente, en cuanto a la cultura de
Cistierna en los años centrales del siglo XX. Sólo por revivir las andanzas de
“Jandri el de la estación”, merece la pena leer este libro.
El Grupo teatral fundado por Ricardo y otros
jóvenes de Cistierna, nació hace ya más de cincuenta años en los salones de
Acción Católica ubicados en la rectoral parroquial de la Calle Francisco
Valbuena. Tenemos en cuenta que el cuadro artístico “San Guillermo” no era
el primero que se creaba en Cistierna. Algunos documentos del archivo
municipal testimonian a finales del siglo XIX el pago o ayudas a grupos que
representaban autos sacramentales durante las celebraciones religiosas más
importantes en la parroquia de Santa María. A principios del s. XX se
siguieron representando algunas escenas sacras durante las procesiones; existe
documento fotográfico de una escena en la cual Rosalina García Tejerina recreaba a la Samaritana en el Pozo de Sicar,
escena representada bajo el mirador de la casa que albergaba la cantina de Muñoz,
inmediata al paso a nivel del ferrocarril de la Robla. Durante la república
el teatro no había muerto en Cistierna, lo prueban las fotos del cuadro
artístico que Doña Conchita Diez Canseco me proporcionó en cierta ocasión y que supuse eran de un baile de sociedad. Lo cierto es que son fotos realizadas
al cuadro artístico delante de la fábrica de ovoides de Don Esteban Corral. En la fotografía de grupo, aparece una tía de Conchita Diez,
Dula la de Telefunquen y, otras personas que no hemos podido identificar. Después
de la guerra, se formaría un nuevo cuadro artístico integrado por: Felix
Montañés, Pura Herrero, Pura Muñoz, Foro Concellón, Goyo Rueda y
otros de los cuales nada sabemos. Todos ellos hicieron las delicias de los
Cistierniegos en muchas veladas teatrales, cuando no existía aún la televisión, cuando
la palabra y el gesto humano daban calidez a las relaciones. Calidez y
cercanía hoy casi desaparecidas, sustituidas por un individualismo materialista
y ramplón que nos encierra en nuestro egoísta pequeño mundo y en nuestras casas. Era aquel un contacto humano que nos libraba de la plaga de enfermedades mentales que hoy afligen y acogotan a gran parte de la tribu cisterniega: depresión, tristeza, soledad. En fin.., otra forma de entender
las relaciones humanas. Observo en algunas de las representaciones de los
actores que aún recorre los caminos de España y se acercan de vez en cuando a nuestra villa, el
buen recibimiento y la avidez por el disfrute del gesto y la voz humana; el teatro sigue gustando en Cistierna. Las
dificultades del cuadro artístico San Guillermo, las relata Richar con mucha
gracia y eran sobre todo: la censura ejercida por los poderes religiosos y
laicos sin olvidar las penurias económicas de aquella España de la posguerra.
Y finalizo recordando a los amables lectores del
blog, paisanos míos, que vean menos televisión, aparten los teléfonos móviles y de pascuas a ramos (que es bien poco) lean un libro, la obra de Richar puede ser un buen comienzo. Se vende a un módico precio en la LIBRERÍA RESTI de Cistierna.
Cuadro artístico de Cistierna en vísperas de la guerra incivil. (Documento fotográfico gentileza de Doña Conchita Diez Canseco)
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