Muralla del Castro de la Peña
Camino al Valle de Santa Marina, inmediato al castro.
Valdegrija
significa valle de la iglesia. Hace aproximadamente dos años desde el Castro de
Vegamediana, observamos enfrente, en la margen izquierda del Esla, la buena
disposición estratégica de una eminencia situada entre la confluencia del río
de Fuentes de Peñacorada y el Arroyo de Santa Marina en terreno de Santaolaja
de la Varga, municipio de Cistierna. Este monte tiene una altura aproximada de 1015 m , limita al Sureste con Valdegrija (Valle de las
Iglesias), al Este con Cantera de Don Baldomero Robles, al Oeste con la Vega el
Escobio y la Vega San Pedro, al Norte
con camino vecinal y río de Fuentes. De
este lugar desconocemos otros estudios, labores de prospección ó excavación.
Iniciamos
una prospección visual en abril de 2011, favorecidos por el buen tiempo que se
gozaba y una primavera aún tardía en estas montañas que nos permitiría una
perfecta visualización de los posibles restos que allí presumíamos. La Peña, que es como se llama este
monte, domina el camino que entra
poderoso con potentes muros en el encinar del Valle de Santa Marina,
perteneciente a los comunes de Santaolaja de la Varga. Por el Norte controla el
camino de acceso a Fuentes de Peñacorada y castillo de Monteagudo. Por el Sur,
se divisa a un kilómetro, la entrada a la garganta del Esla que desde Cistierna
se dirige a Valdeburón y Tierra de la Reina. Por el Oeste a unos 300 m, en
línea de aire, tiene enfrente el Río Esla y en la margen derecha el Complejo de
Aguilar. El recinto presenta una orientación Este-Oeste. La propia
configuración de la Peña lo defiende y protege, sobre todo al Este y Sur de la
misma, donde existen grandes farallones calizos. La relativa abundancia de
elementos defensivos en el enclave no deja de asombrarnos, pues sumado este, a
los ya conocidos del Complejo de Aguilar, se constituyen como dos marcos de una
puerta, formando una barrera defensiva a la entrada de la garganta del Esla. El
recinto tiene aproximadamente unos 8000 metros cuadrados. En su cara Norte, la
más accesible, aparecen los primeros restos desmochados de la muralla, el
canchal formado por el derrumbe baja en dirección al arroyo de Fuentes. El
acceso se encuentra en este lado, defendido por el típico esviaje que observamos en otros castros. Es al Este,
donde se reconocen un foso y detrás de
el, los restos más abundantes de muralla, aquí aparece un muro formado por un
paramento interior y exterior, construido con
rocas careadas de unos 20x10 cm. Entre ambos paramentos hay un relleno
de piedras menudas que debían ir ligadas con una argamasa de barro. La anchura
de la muralla en este lugar es de 2,30. En apariencia, sin conocerlo en
profundidad, salvando sus dimensiones, es muy parecido a lo ya visto en
Aguilar, por lo que podemos adelantar como hipótesis y debido a la cercanía con
aquel complejo que podía formar parte de ese conjunto defensivo, cerrando por
un lado y otro el paso del Esla a muy poca distancia del comienzo del
desfiladero en Cistierna. Cronológicamente salvo aportaciones de intervención arqueológica en el futuro lo adscribimos a la Edad del Hierro II,
con una ocupación, casi segura durante la Alta Edad Media Hace años cuando se
construía una casa bajo la peña en la que se encuentra el recinto castreño
aparecieron tumbas construidas con lajas de caliza, una tipología medieval,
común a otros hallazgos en la Montaña Oriental.
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