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En la sesión ordinaria del 17 de marzo de 1938 en el Ayuntamiento de Cistierna, presidida por el Alcalde D. Albano Fernández Guerra,
con asistencia de tres concejales, se dio cuenta de las gestiones llevadas a
cabo por el Alcalde para solicitar del Gobernador Militar de la provincia 25
presos para efectuar los trabajos de saneamiento que se proyectaban en la Villa
de Cistierna. Las gestiones habían tenido éxito y el Gobernador Militar
concedió 24 presos de los solicitados.
El Ayuntamiento acordó éste mismo día hacer
reparaciones en un local alquilado a F. E. T, para albergar a los citados presos. Se acuerda también que el
Ayuntamiento abone diariamente 1,65 pesetas por cada uno de los presos
repartidos, según quedaba estipulado por orden superior.
En la sesión ordinaria del día 24 de marzo de 1938
se acordaba por unanimidad llevar a cabo la canalización del Arroyo de la Mata,
que tiene su origen en Peñacorada por debajo de la ermita del Patrón de la
Villa, San Guillermo. Las crecidas del arroyo en épocas de llena (otoño y
primavera) llegaban hasta el centro del pueblo, depositando ingentes cantidades
de barro y rocas.
El arroyo bajaba desde Peñacorada hasta la plaza del
Ayuntamiento y de aquí por la calle 2 de Mayo hasta el cruce con el canal del
sindicato de Sorriba. En total un trayecto a soterrar y canalizar de un
Kilómetro.
Los presos no se limitarían sólo a la canalización
de éste arroyo. Existen testimonio de personas ancianas de la villa que aún
alcanzan a recordar que también trabajaron en el alcantarillado general de
eliminación de excretas y residuos domiciliarios, desde el arroyo de la plaza
de España (hoy del Ayuntamiento) por la calle padre Isla, y General Mola hasta
desaguar en el Esla, otro kilómetro aproximadamente de canalización.
Parece ser que los presos ya estaban en la Villa
desde finales del mes de marzo pues en la sesión ordinaria del día 26 de Mayo se
da cuenta a la corporación de las siguientes facturas: Una de la panificadora
Montañés por importe de 205 pesetas, importe del pan suministrado a los presos durante
el mes de Marzo; otra a un industrial Leonés por importe de 146 pesetas
importe de 117 kilos de fideos; otra a Don Crescencio Rodríguez de 305 pesetas
importe de 300 kilos de alubias; otra del tesorero de F.E.T y de las J. O.N.S
de esta villa de 585, 55 pesetas por el importe de 2 cerdos adquiridos a ésta
organización; otra a Don Marcelino Álvarez, de 84 pesetas importe de 44 arrobas
de patatas; otra de Don Quiterio Morán, de12 pesetas importe de 11 kilos de
pescadilla; otra de Don Esteban Corral, de 81 pesetas importe 29 litros de
aceite refinado con el mismo fin de alimentar a los presos; el Moderno, 30
comidas al módico precio de medio real cada una; otra de Don Juan Muñoz, de 84
pesetas importe de 29 kilogramos de carne; otra de Don Ángel Reyero, de 345
pesetas importe de 46 días trabajados en la obra de saneamiento y canalización
como encargado de la misma; otra de Doña Rosario Diez, de 129 pesetas importe
de 258 litros de leche para alimentación de los presos; otra de Don Félix
Montañés, de 434 pesetas importe del pan suministrado durante el mes de Abril
para alimentación de los presos; otra del mismo de 471 pesetas importe del pan suministrado
a los presos durante el mes de mayo.
A finales de mayo por un oficio del Batallón de
Trabajadores se ordenaba la urgente incorporación al mismo de los 24 presos que
se hallaban en la villa de Cistierna, la incorporación se hizo el mismo día en
que se recibió el oficio. Para no paralizar las obras que se estaban llevando a
cabo, ante la ausencia de los presos, el consistorio de Cistierna decidió
contratar obreros a jornal.
CONCLUSIONES.
- La solicitud de mano de obra formada por cautivos fue ordenada por el Ayuntamiento y su alcade Don Albano Fernández Guerra.
- El grupo de presos que inició las obras de canalización y saneamiento en Cistierna (tan necesaria debido al tifus endémico que padecía la villa), lo hizo desde finales de Marzo hasta finales de Mayo en que son trasladados.
- La obra iniciada por ellos se terminó con obreros contratados a Jornal.
- Por testimonios recogidos entre los más ancianos de la villa entonces niños entre 10 y 15 años, les alcanza la memoria para testificar que el pueblo de Cistierna trató con humanidad y alimentó a los cautivos en la medida de las posibilidades del concejo, a pesar de las circunstancias de guerra. No se nombra en ningún momento la procedencia de los presos.
Datos investigados en los libros de actas del
Ayuntamiento de Cistierna año 1938.
Ayuntamiento de Cistierna .(Foto Siro Sanz)
Calle Padre Isla en su confluencia con la Plaza del Ayuntamiento. (Foto Siro Sanz)
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